Con tantos de Luis Fernando Muriel y Miguel Borja, Colombia revirtió un déficit de dos goles y empató el martes 2-2 ante Argentina, en un encuentro que transcurrió en medio de la tensión por nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes en Barranquilla.
Argentina comenzó el encuentro como una tromba y marcó dos goles durante los primeros compases.
Christian Romero abrió el marcador mediante un cabezazo a los 2 minutos y Leandro Paredes amplió a los 7, con una estupenda jugada individual mediante la que se adentró en el área antes de definir con un tiro cruzado que engañó al arquero David Ospina.
Muriel acercó a los locales de penal a los 51. Borja igualó por medio de un cabezazo en el cuarto minuto del encuentro.
Pese a dejarse empatar en el último suspiro, el punto cosechado en patio ajeno le permitió a Argentina llegar a 12, con los que se consolidó en el segundo puesto de la eliminatoria, con tres de ventaja sobre Ecuador, que cayó en la jornada ante Perú.
«Estábamos cansados»
«Hicimos gran primer tiempo, presionamos y anotamos dos goles. En el segundo no pudimos mantener el ritmo, estábamos cansados y lo importante es la obtención de un punto», dijo el delantero argentino Lautaro Martínez.
«Necesitamos trabajar detalles para cerrar los partidos antes… tuvimos oportunidades para hacer otros goles».
Colombia llegó a ocho unidades y se colocó en zona de repechaje. La supera por diferencia de goles Uruguay, que empató ante Venezuela y controla por ahora el último pasaje directo a Qatar 2022.
Protesta
Desde los minutos previos al encuentro en las inmediaciones del estadio Roberto Meléndez, policías lanzaron chorros de agua y gases lacrimógenos contra decenas de manifestantes que les arrojaron piedras y otros objetos, en el marco de las protestas antigubernamentales que convulsionan a Colombia desde finales de abril.
Algunos jóvenes intentaron sin éxito sobrepasar las vallas de protección que rodeaban el recinto deportivo, al que concurrieron espectadores por primera vez desde que sobrevino la pandemia.
Se permitió el ingreso de unos 10.000 aficionados, en un escenario con capacidad para más de 46.000.
La policía anunció de manera preliminar que tres agentes y un fotógrafo resultaron heridos. La vigilancia de la ciudad estuvo a cargo de 4.500 policías, 2.000 de ellos en torno al estadio y los hoteles donde se alojan las selecciones.