Durante los últimos días, la Universidad de Chile, la casa de estudios, les ha marcado el terreno a los nuevos dueños de Azul Azul. La semana pasada, el actual rector, Ennio Vivaldi, advirtió fuerte a los compradores de la «U» en entrevista con El Mercurio: “Tenemos todo el derecho a decir ‘en estas condiciones no aceptamos que usen el nombre de la Universidad de Chile, el emblema y el chuncho’; ahí tendrán que buscar otro nombre y no sé, empezar de tercera división”.
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Más allá fue el exdecano de Derecho, Roberto Nahum, quien complementó la sensación de malestar, en diálogo con el mismo medio. “Esto no es muy transparente y la Universidad merece un trato diferente”, lanzó.
La ofensiva comunicacional ha generado inquietud en la hinchada, sobre todo por la posibilidad de un quiebre que tenga consecuencias en lo deportivo. Por eso, pronto habrá una cita entre la máxima autoridad del establecimiento educacional y los propietarios entrantes, la cual todavía no tiene fecha.
Quienes sí ya se reunieron con Pedro Pablo Larraín y Michael Clark, las caras visibles detrás de los accionistas que arriban, son los representantes universitarios en el directorio de la concesionaria: Carolina Coppo y Andrés Weintraub. Y, contrario a lo expuesto recientemente por el jefe de la Casa de Bello, quedaron con buenas sensaciones tras el primer encuentro.
El director descarta una gestión mediática para rayar la cancha. “Yo no la llamaría así, es simplemente exponer la preocupación, que ya la hemos hablado con ellos en la reunión que tuvimos, de que ésta no es la compra de cualquier empresa. Acá hay una universidad y millones de hinchas detrás, y hay valores importantísimos que necesitamos que sean resguardados y que hasta ahora ha sido así, porque Carlos Heller se manejó con altos principios valóricos”, comenta.
El directivo, incluso, desliza el perfil de quienes llegarían a la mesa, algunos de ellos relacionados con el centro estudiantil. “Obviamente, también queremos saber quiénes van a ser los dueños de las acciones y cómo se van a manejar, porque esto no es una fábrica. Por ejemplo, es vital conocer cómo se va a conformar el directorio. A nosotros nos han transmitido que va a ser gente de alta calidad, independientes y, por supuesto, hinchas de la ‘U’. Además, nos han dicho que varios de ellos van a estar ligados a la universidad, exalumnos o cosas así, que sin duda es una buena señal. Todo eso está por verse”, agrega.
“Yo también quedé tranquila con esa reunión”, complementa Coppo, quien considera desmedida la alternativa de exigirles de vuelta los símbolos del club a los empresarios que llegan. “Lo de quitarles el nombre, yo la veo como una situación bastante exagerada. En la medida de que el contrato se cumpla, las cosas siguen como están”, avisa.
Por último, Weintraub calma a los fanáticos por la opción de jugar en una categoría inferior. “No hemos hablado de eso, no hay que adelantarse. Nosotros tenemos todas las expectativas de que esto va a andar muy bien. Todos pensamos que esto se va a cerrar de forma adecuada”, concluye.