Tras un breve paso por los UTV, Ignacio Casale volvió donde se siente más cómodo, los quads. No es que en los UTV no lo hiciera, pero el piloto nacional lo hizo, según él, porque “necesitaba descansar”.
“Estaba un poco saturado de lo mismo”, dice a Tacómetro, antes de entrar de lleno a los cuadriciclos, donde ganó sus dos Dakares y donde volvió a la alta competencia después de superar una lesión en su clavícula que lo llevó a abandonar la edición 2019. Fue en Argentina, donde remató tercero, un resultado importante en lo anímico porque le sirvió para medirse y saber dónde está.
Esa posición, según el nacional, es muy buena de cara a su próximo desafío, el Rally de Marruecos, que parte este 3 de octubre.
¿Cómo fue la experiencia de correr en los quads nuevamente tras un tiempo afuera de la serie?
Volví con todo, estuve hace un mes corriendo en Argentina y me sentí como nunca, con el mismo hambre que cuando partí. Me sentí con más velocidad de carrera y velocidad mental para navegar. Hice tiempos de punta, estoy todavía vigente para ganar una carrera y eso me tiene muy motivado. Me subió la confianza que por ahí la había perdido. Tenía un poco de susto por ver si podía seguir a las nuevas generaciones que habían llegado, que son muy rápidos, muy locos y que no se cansan, pero demostré que aún soy rápido, un piloto fuerte, que puede ganar carreras y eso me tiene muy contento y motivado.
Ahora se viene Marruecos. ¿Qué expectativas tiene para esa carrera?
Quizá el objetivo no es ir a ganar, porque el fin de semana pasado me caí corriendo motocross y me corté el tendón del tobillo izquierdo, el ligamento del peroné, en un 70%. lo bueno es que no hubo que operar, porque si se cortaba por completo el ligamento se recoge y habría que operar, por lo que no habría llegado a la carrera. Voy con dolor, al 70%, pero voy porque debo probar la moto y el equipo con el que iré al Dakar. Ésta es la última instancia que tengo en el año para estos tests.
Poco margen de error…
Sí, en noviembre vuelvo a Marruecos, haremos una semana más de tests en Francia, después se embarca la moto y se va a Arabia Saudita. El equipo Dragon Rally Team, satélite de Yamaha Francia, hasta ahora me ha tratado muy bien, me han dejado manipular un poquito el quad a mi punto y eso me acomoda mucho porque siempre uno tiene sus mañas. Estuve siete años desarrollando mi propio quad y ahora por primera vez estoy en un equipo profesional y con una moto fabricada.
¿Cómo se plantea una carrera y el fin de una preparación si hay que, nuevamente, pensar en recuperarse de otra lesión? ¿Complicará las carreras?
Para algunas personas, ésta puede ser una lesión bien grave, pero para mí no. Estoy muy acostumbrado. Llevo años corriendo en motos y no es tan grave como para ir a correr. Es un corte de ligamentos, pero no al 100%. Me duele, sí; me gustaría quedarme en casa, sí; pero es la única instancia que tengo. Si hubiese sido fractura o si me hubiesen no voy, pero son riesgos que hay que tomar. Quizá ahora no ganaré aunque siempre lo buscaré, pero en una de esas bajan la bandera y se me quitan los dolores. Estas carreras son duras, con etapas de 500 kilómetros de especial, no será menor ni fácil y espero que el tobillo me aguante. Pero lo importante de todo es conocer la moto y al equipo. A eso viajo.
¿Hubo conversaciones con médicos para aprobar el viaje y la carrera?
Mi doctor, Alejandro Opazo, me dijo que no iba a llegar en un comienzo, pero a la semana me vio bien. Ya camino sin muletas, me duele un poco y estoy un poco cojo, pero puedo caminar y la bota me aprieta. Además, mis kinesiólogos me dieron unos ejercicios y unas máquinas para poder descansar mi pie, pero mucho más que eso no se puede hacer. La lesión está ahí y la única forma de sanarla es descansarla, aunque ahora no puedo hacerlo. Esta carrera no es el Dakar, donde ahí arriesgo todo. Acá no y tengo claro qué hacer y no arriesgarme de más. Hace poco me subí por primera vez a la moto a hacer unos tests de suspensión y me costaba mucho subir cambios porque hay que doblar el pie hacia arriba y me dolió, pero tendré que aguantar. De verdad, no quiero darle tanta importancia.
Todo en pos de un Dakar que se va lejos de Chile. ¿Cómo espera afrontar esa carrera? De paso, ¿se pensó en no ir por la lejanía de Arabia Saudita?
En ningún momento. Si bien hay muchos amateurs que se han alejado porque solventaban la carrera de su bolsillo, en Chile yo, Pablo (Quintanilla), «Chaleco» (López), «Nacho» (Cornejo) somos pilotos profesionales y una de las razones por las que debí entrar a un equipo era ésa, porque llevar un equipo propio es un costo muy alto y no puedo asumirlo. Por eso quiero probar con el equipo para afiatarme a él. El equipo se hace cargo de muchas cosas y me aliviana el trabajo. Ahora tendré que compartir el camión de asistencia con seis pilotos más y tengo que ver como me adapto a eso. Y sobre este Dakar, no lo ganará el más rápido, sino el más inteligente, especialmente en un lugar desconocido para todos y donde deberemos confiar ciegamente en el roadbook. Eso te lo da la experiencia, de la que tengo mucha porque iré a mi undécimo Dakar consecutivo.