Una grave denuncia contra el reconocido representante de jugadores, Fernando Felicevich, realizó el periodista Juan Cristóbal Guarello, quien contó las presiones que recibían los futbolistas en formación de Huachipato para que fueran parte de su «corral».
Uno de los más afectados fue Joaquín Abdala y el padre del jugador, Edgardo, en conversación con La Tercera, relató el presente que vive su hijo. El actual entrendor de Hualqui, de la Tercera División, no se guardó nada y disparó con todo contra Felicevich.
«Yo soy entrenador y se me van a cerrar puertas, pero por mi hijo estoy dispuesto. Solo quiero que él tenga la libertad de decidir si quiere seguir jugando y dónde. Y no que se la coarten por un empresario. A mi hijo lo tengo con sicólogo y siquiatra, porque tiene problemas de autoestima, rasgos depresivos. Hoy tengo una segunda sesión con ellos. Llegan a este extremo. Ellos no son quiénes para decidir qué chicos pueden soñar con ser jugadores de fútbol», reveló Abdala.
«Joaquín ya lleva nueve años en Huachipato. El club jamás lo ha apoyado en escolaridad ni pensión. Todos los gastos los solventamos nosotros. Le exigían estar allá para optar a jugar. Nosotros, como padres, decidimos darle el apoyo para que estuviera, Le arrendamos pensión y le conseguimos colegio. A él le fue mal en el colegio durante tres años por privilegiar el fútbol. Huachipato jamás se preocupó de eso. Fue desarrollándose como jugador, marcando diferencias. Cuando era Sub 17 lo recluta AIM, que le hizo un seguimiento. Le ayudaban con artículos deportivos. Lo apoyaron con sicólogos. Todo bien hasta que terminó jugando en la Sub 19», agregó el ex mediocampista.
Abdala confesó detalles de cómo se dio la situación de que su hijo fuera a dar a las redes del representante de Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Gary Medel, entre otros. «El técnico de la Sub 20 lo vio en un partido con Colo Colo. Héctor Robles habló con él durante 40 minutos, le dijo que lo quería llamar a la Selección. Después de eso, me llamaron de Huachipato. Fue Cristián Paulucci, para decirme que no podía estar más con AIM y que tenía que estar con Felicevich, que si no, no iba a jugar más. Que no le parecía, pero que tenía que decírmelo. Y que si no hubiese sido ex jugador de Huachipato, no me habría enterado».
«Le dije que no estaba de acuerdo. Al principio, uno no lo ve tan mal, porque es Felicevich, pero estábamos con otra empresa que se estaba portando muy bien, que nos hablaron de ir a México. Terminamos aceptando. AIM entendió y dijeron que no era la primera vez que les pasaba. A un compañero de Joaquín le pasó lo mismo. Tuvo que volver de México a Huachipato. Estaba en las inferiores del Necaxa. Hoy no ha pasado nada de lo que le prometieron», añadió.
Por último, al referirse a cómo operó el agente y al duro presente de su hijo, indicó que «vino un tal Fabián, de parte de Felicevich, a Monte Águila, que es donde vivimos. Le ofrecieron ropa, teléfono. Llevo ocho meses tratando de hablar con esa persona. Intenté contactarme con él cuando se empezaron a dar estos problemas y nunca me contestó el teléfono. Le mandé mensajes y tampoco. me dijo que no se gastaba más con el tema, que para eso estaba Jorge Correa. En tres semanas, nunca tuvo tiempo, que me iba a avisar. No lo hizo, tampoco me respondió. Por eso decidí hacer público ahora todo esto».
«Mi hijo ya se fue de Huachipato. Pertenece al club, pero no va más. Me llamó llorando, diciendo que su cabeza iba a explotar. El club decía que él no ponía de su parte. La injusticia deportiva era mucha, era algo personal. Lo tuve con sicólogo, que le detectó varias falencias. Llegó un punto en que no hay vuelta atrás. Lo hacían entrenar con niños que no están en el grupo de proyección. Uno también se daba cuenta de que había una división interna. El perjudicado es Joaquín. La gente que está ahí me dice que no hay razones futbolísticas para que no estuviera al menos entre los 18», finalizó.