El último de los señalados equipos grandes de nuestro país despertó en la lona después del 5 a 0 que recibió como visitante frente a Independiente del Valle de Ecuador por la Copa Sudamericana. La UC ingresó a la cancha sin atender las cualidades más desarrolladas del rival, sin reparar que los espacios libres eran el objetivo de los locales pues cuentan con jugadores muy veloces como Dájome, Corozo y Landazuri que terminaron triturando a los cruzados por los laterales. Lo que cuesta entender es que Quinteros, siendo un especialista del fútbol de Ecuador, haya elegido una estrategia tan cándida y opuesta a lo que el partido demandaba en el Atahualpa, ofreciendo disputar el encuentro en un escenario desfavorable para su equipo e ideal para los locales.
Más allá de la discusión sin sentido y sobre todo sin un objetivo reparador, de buscar quién es la cabeza de turco respecto al bajo rendimiento en puntos y en cancha en torneos internacionales de Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica, donde claramente nos comportamos como esclavos de la inmediatez, quiero invitarlos a observar el cambio de paradigma deportivo que se encuentra en pleno desarrollo de los equipos de Ecuador y donde nosotros seguimos aún inmovilizados, en una suerte de enamoramiento virtual respecto a los logros de la Generación Dorada en la Selección y la obtención de la Sudamericana por parte de Universidad de Chile el 2011, estado del que colectivamente no queremos despertar, quizá por intuir que la realidad no será la esperada.
La influencia más notoria a nivel de clubes en el fútbol de Ecuador ha estado marcada por entrenadores argentinos, quienes han ganado 20 torneos de 59 que se han jugado.
Hoy ha comenzado de manera lenta pero sostenida la influencia española, donde su estandarte es asegurar que el futbolista ecuatoriano nunca ha tocado techo deportivamente, algunos conceptos como la disciplina, la periodización de los entrenamientos, la nutrición y el factor sicológico es donde más se está trabajando en Independiente del Valle, me lo confirmaba el empresario y su dueño Michel Deller en una amena charla al borde de la cancha del Atahualpa minutos antes de que su equipo arrollara a Universidad Católica. Independiente del Valle jugó la final de la Copa Libertadores el 2016, en la que River Plate fue campeón, y luego juega el 2018 la final de la Copa Libertadores Sub 20, donde sale campeón Nacional. En los últimos cinco años han llegado a vender más de 18 jugadores.
Agreguémosle a este cambio, que la Selección de Ecuador Sub 20 es el actual monarca sudamericano después de ganar el título en Chile el 2018 y se encuentra disputando el Mundial Sub 20 en Polonia.
La gran inversión está destinada al desarrollo integral competitivo de divisiones inferiores, buscando acortar las brechas deportivas históricas que han existido con otros países y que desde el punto de vista de inversión en el fútbol profesional se hace imposible competir con mercados como el de Argentina, Brasil o México.
El recambio no llega solo, sino que hay que salir a cazarlo, Ecuador pronto se convertirá en una potencia en Sudamérica, porque claramente se ha entendido que en las inferiores se encuentra el futuro.
La UC sufrió la velocidad de jugadores canteranos de Independiente del Valle como Landazuri (22 años), Franco (20 años), Corozo (20 años), Cabeza (22 años), Sánchez (20 años) y la experiencia de Pellerano (37 años) para manejar los tiempos de juego, los sectores de pressing para recuperar la pelota y la destreza en la pegada de la pelota quieta.
Los libros ya están escritos y las experiencias de otros ya están vividas, inversión fuerte en inferiores con profesionales capacitados es la mejor decisión a largo plazo que pueden hacer las sociedades anónimas, tal vez así podamos decidirnos a despertar del sueño de la Generación Dorada sin temor a encontrarnos con una realidad que te acorrale en el fondo.