El 3-0 conseguido por el Barcelona en el Camp Nou ante el Liverpool hacía presagiar que tendría una jornada tranquila en Anfield, por la vuelta de las semifinales de la Champions League. Además, los Reds llegaban al partido llenos de bajas, entre ellas, la de su máxima figura, Mohamed Salah. Pese a ello, se las arreglaron para eliminar a los catalanes, con Arturo Vidal como titular, con un 4-0 involvidable y clasificar a la final del 1 de junio en Madrid, donde enfrentarán al Ajax o al Tottenham.
Tal como en la ida, Ernesto Valverde incluyó al Rey en la oncena estelar para frenar el intenso ritmo de los ingleses. Sin embargo, nada pudo hacer el volante chileno a los siete minutos, cuando Jordi Alba despejó la pelota con un cabezazo al medio, Jordan Henderson exigió al máximo a Marc-André ter Stegen y Divock Origi puso el 1-0 con el arco a su merced, ilusionando al público.
Tras la apertura de la cuenta, los culés no se amilanaron y se crearon varias ocasiones de gol, un par de ellas originadas por quites del King. No obstante, Lionel Messi y compañía no estuvieron finos para instalar un empate que obligaría a los locales a anotar cuatro tantos más para avanzar.
El cuadro de la ciudad de los Beatles también tuvo sus chances para ponerse 2-0, pero no pudo vulnerar nuevamente el pórtico del meta alemán en el primer tiempo. Así se fueron al descanso, con la serie abierta todavía.
Klopp y un cambio decisivo
Tras el descanso, Jurgen Klopp metió un cambio que sería fundamental. El DT alemán mandó a la cancha a Georginio Wijnaldum, quien haría de las suyas bien rápido.
A los 54′, el holandés recibió una pelota en el área y definió fuerte ante Ter Stegen, quien no pudo reaccionar a tiempo, para poner el 2-0 esperanzador. Y apenas dos minutos después, el mismo mediocampista cabeceó pegado al palo para instalar un 3-0 que mandaba la serie al alargue.
El doblete mató al Barcelona, que no encontraba respuestas. Valverde creyó que éstas pasaban por sacar a Vidal, quizá de lo más rescatable de su equipo, para que entrara Arthur, a los 75′.
Sin embargo, el Barça estuvo lejos de despertar. Es más, a los 79′, se quedó dormido en un córner, Trent Alexander-Arnold se avivó y dejó solo a Origi para que instalara el increíble 4-0.
Ahí sí los catalanes terminaron de morirse. Apenas se acercaron al pórtico del Liverpool y sufrieron otra eliminación para no creer, como la del año pasado en Roma.
La imagen de la Champions en las manos de un chileno tendrá que seguir esperando.