El delantero peruano Paolo Guerrero no lo pasa nada de bien en Río de Janeiro ya que fue multado y suspendido de conducir durante un año al negarse a soplar en un control de alcoholemia, informaron fuentes oficiales.
La Policía detuvo a Guerrero el miércoles cerca de la medianoche en un control de alcoholemia que se desarrollaba en la zona sur de Río, pero el futbolista se negó a soplar para verificar si se encontraba en estado de ebriedad.
Las autoridades comprobaron además que el capitán de la selección peruana conducía el vehículo con el carnet caducado, según informaron a la agencia Efe, fuentes de la «Operación Ley Seca», organismo vinculado al Gobierno del estado de Río de Janeiro.
Tras su negativa a realizarse los análisis, Guerrero fue multado con 2.934 reales (unos 760 dólares) y suspendido de conducir durante el próximo año.
«Se negó a soplar, no quiso hacer el test para saber si estaba embriagado y además estaba con el carné de conducir vencido. El vehículo fue retenido y solo lo retiró un compañero suyo que aceptó hacerse el análisis y dio negativo«, apuntaron las citadas fuentes.