El francés Didier Deschamps hizo historia, nuevamente. En el año 1998 era el capitán de Francia, con 29 años, y tuvo el honor de ser el primer jugador en levantar la histórica Copa del Mundo en su país, tras una final de ensueño contra Brasil. En el estadio de Saint Denis, «Les Bleus» se erigieron con su primer título mundial y veinte años más tarde, repitieron esa hazaña.
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Y otra vez Deschamps es protagonista, esta vez, como entrenador. Tras ganar la final de Rusia 2018 a Croacia por 4-2, se transformó en el tercero en ser campeón del mundo como jugador y después como director técnico. Un logro que solo dos históricos habían conseguido: el brasileño Mario «Lobo» Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.
El brasileño, un talentoso extremo izquierdo, fue campeón como jugador en los mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962. Y sentado en la banca como director técnico, ganó en México 1970. Cabe mencionar que figuró también como asistente técnico en Estados Unidos 1994 y Corea Japón 2002, ambas ediciones obtenidas por el Scratch.
El Káiser, por su parte, levantó la copa en Alemania 1974, siendo el capitán germánico y en Italia 1990, como adiestrador de su selección.
Así, el entrenador galo es integrante de una exclusiva trinidad en el mundo del fútbol.