«Es el deporte más hermoso del mundo», dice en cada relato el narrador chileno Luis Omar Tapia. Y claro que tiene razón, porque en un partido que Japón tenía en el bolsillo, apareció la potencia de Bélgica, para ganar por 3-2 y meterse en los cuartos de final del Mundial de Rusia 2018.
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El partido empezó como se esperaba, con los europeos buscando el gol por todos lados y con los asiáticos bien parados atrás, concentrados y pensando en los contragolpes. Fue así como los belgas dominaban y se creaban ocasiones.
Hazard estaba «eléctrico», moviéndose por todo el frente del ataque y buscando a Lukaku, que tuvo un par de ocasiones, aunque no estuvo fino en sus definiciones. El hombre del Manchester United también estuvo bien marcado por los zagueros nipones.
Si no era con jugadas colectivas, los de Roberto Martínez llegaban con balones detenidos, donde el defensa central Kompany tuvo un par de oportunidades, pero sin suerte.
Complemento brillante
El segundo tiempo fue una sorpresa para todo el planeta, porque los japoneses se pusieron arriba en la cuenta, acercándose a su mayor hazaña en la historia del fútbol.
Apenas se jugaba el tercer minuto del complemento y llegó el primer golpe. Pase profundo de Gaku Shibasaki, la tomó Genki Haraguchi y con un derechazo dentro del área batió la débil resistencia de Thibaut Courtois. Sorpresa.
Los Diablos Rojos quedaron aturdidos, «botando sangre», lo que olió el cuadro de Japón, y como un escualo fue a atacar con todo, con Takashi Inui como estandarte, que con un remate colocado de media distancia anotó el segundo. Mega sorpresa.
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El amor propio levantó a Bélgica, que no se quería ir tan rápido del Mundial. Para ello Martínez pateó el tablero, mandando a la cancha a Marouane Fellaini y Nacer Chadli, que le cambiaron la cara al elenco europeo.
El primer descuento llegó como una casualidad. Tras un centro pasado, la pelota le quedó al defensor Jan Vertonghen, quien quiso pivotear al corazón del área chica, sin embargo la pelota se coló tras la espalda del meta nipón Eiji Kawashima. Se jugaban los 69′, quedaba mucho por jugar.
Los belgas vieron que con centros le hacían mucho daño a Japón, porque las «torres» Lukaku y Fellaini ganaban casi siempre de alto. Fue así como el melenudo volante del United igualó las acciones en los 74′, con un cabezazo tras un preciso centro de Hazard. La hazaña japonesa empezaba a esfumarse.
El fútbol es increíble. En los segundos finales, en un contragolpe mortal, Bélgica pasó a los cuartos de final del Mundial, gracias a un gol de Chadli. Increíble, pero cierto, así es este deporte.
Ahora los belgas tendrán un desafío mucho mayor, porque en la fase de los ocho mejores de la Copa se verán cara a cara con el principal favorito: Brasil.
Así vivimos el partido
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