España se despidió del Mundial de Rusia 2018 en octavos de final tras caer con los locales en la definición a penales. Una caída que dejó en evidencia el fallido sistema de juego que presentaron los ibéricos durante toda la cita mundialista y sobre todo ante los rusos.
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El exceso de pases de los dirigidos por Fernando Hierro nunca le hizo daño a una selección rusa que se paró bien atrás y defendió con uñas y dientes el empate a un tanto que cosechó durante los 90 minutos y que supo mantener durante el alargue para después liquidar todo desde los doce pasos, donde no fallaron ningún lanzamiento e Igor Akinfeev, el arquero local, se lució para contener los remates de Koke e Iago Aspas.
La eliminación golpeó fuerte a los españoles y su modelo de juego fue ampliamente criticado por sólo basarse en toques y más toques que muchas veces eran intranscendentes y que de poco servían para generar opciones de gol. O sea, España tenía la pelota, claro queda con el 75% de posesión que acumularon en los 120 minutos de juego, pero nunca supo qué hacer con ella.
Es más, España acumuló un récord de más de mil pases completados (1031) ante Rusia pero que finalmente fue inútil y de poco les sirvió para avanzar de ronda. Ahora, pases menos o pases más, están fuera de Rusia 2018 y más cuestionados que nunca por su estilo de juego, un modelo que daba resultados con otros jugadores, pero no con Isco sin encontrar compañeros a la altura.