Oriundo de la localidad de Guachené, una localidad rural ubicada en el Departamento del Cauca, Colombia, Yerry Mina es considerado un embajador y una verdadera estrella del fútbol colombiano.
Probablemente en esa zona celebraron con todo, el furibundo cabezazo del espigado defensor cafetalero ante Senegal, a la postre el único gol del partido (1-0) y que permitió la clasificación de su selección a octavos de final del Mundial de Rusia. Además, fue el segundo personal en la cita planetaria, luego del que le marcó a Polonia el pasado domingo.
Una historia de vida que se remonta a un 20 de marzo de 2013. En esa fecha, debutó en el profesionalismo defendiendo la casaquilla de Deportivo Pasto, ante Deportivo Cali, por la Copa Colombia. Mientras que su primer partido en Primera División fue ante el mismo rival, un 15 de septiembre.
Sin embargo, para llegar a jugar en el fútbol colombiano, hubo otras vicisitudes atrás, tal como lo relató el mismo Mina al diario As de España: «Estando en Pasto, un día mi mamá no tenía plata para comprar algo que necesitaba con urgencia y llamó a mi primo que jugaba en la profesional para que le colaborara. Fue algo que me quedó marcado, lloré toda la noche por no poder ayudar a mi mamá, por eso decidí trabajar más duro. Cuando me subían con la profesional, me jugaba unos partidazos. Debuté en Copa Colombia, en los primeros cinco partidos salí figura, y luego me pusieron de titular en Liga».
El ascenso fulgurante
Su talento y su 1.95 de altura, llamaron automáticamente la atención de las grúas futbolísticas. Alcanzó a estar solo un año en Pasto para ser transferido a Independiente de Santa Fe, donde es parte del plantel que llegó a cuartos de final de Copa Libertadores 2015 (incluso le hizo un gol a Colo Colo) y que fue campeón de Copa Sudamericana el mismo año. Jugó 124 partidos y anotó 12 goles.
En mayo de 2016, fue transferido al Palmeiras, donde fue campeón del Brasileirao y además, escogido el mejor defensor de la liga y parte del equipo ideal. En el «Verdao», logró jugar 49 encuentros y señaló nueve goles.
Sin embargo, su paso por Brasil también es recordado por un singular hecho: en un partido ante Peñarol por la Libertadores y durante una gresca entre jugadores de ambos equipos, Mina se robó el trípode de una cámara, con bolso y todo.
A la par, ese mismo año debutó en la selección de su país, en la Copa América Centenario, ante Paraguay.
La llegada a la élite
A inicios de este año llegó a las grandes ligas. El Barcelona de España se convirtió en la nueva casa de Mina, que pagó más de 11 millones de Euros al Palmeiras por su pase, convirtiéndose en el primer colombiano en fichar por los catalanes.
Sin embargo, fue muy poco tomado en cuenta por Ernesto Valverde, entrenador de los blaugranas, donde solo participó en 5 partidos de liga y uno en Copa del Rey. Ahora se habla incluso de que vaya a préstamo tras el Mundial.
Sin embargo, el gran Mundial del colombiano podría cambiar su suerte en Europa y el mismo elenco catalán podría reconsiderar su situación, pero para eso aún queda mucho y Mina quiere seguir demostrando su calidad en Rusia.