Mucho se habló en la previa. Los paneles argentinos decían que hubo un motín contra Jorge Sampaoli, que el entrenador iba a ser Jorge Burruchaga, que el casildense ya no mandaba, que Lionel Messi y Javier Mascherano armaban el equipo. Saben, da lo mismo todo eso, Argentina es Argentina, le ganó sufriendo por 2-1 a Nigeria y va por el título en el Mundial de Rusia 2018.
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Por fin la Albiceleste parecía un equipo de Sampaoli, porque salió a apretar desde el primer instante, y a buscar el gol, para así acercarse a la soñada y difícil clasificación.
Alguien muy importante en el cuadro argentino era Éver Banega, que manejaba los hilos en la mitad de la cancha y se asociaba con Messi, situación que no pasó en los duelos anteriores ante Islandia y Croacia.
Gracias a ello llegó el primero de la jornada. Pelotazo profundo del jugador de Sevilla para la estrella de Barcelona, que mató el balón con el muslo y definió con un derechazo cruzado. Golazo. Recién iban 14 minutos.
Tras ello Argentina no se conformó y siguió «machacando» en el arco africano, con una Pulga Messi encendida y con Gonzalo Higuaín con muchas ganas, aunque el segundo no caía nunca.
Fue así como se fueron al descanso y posteriormente al complemento, donde los sudamericanos iban a sufrir mucho. Minuto 49′ y el juez turco Çakir cobró un polémico penal, que luego convirtió con clase el jugador de Chelsea Victor Moses. Franco Armani nada pudo hacer.
Sampaoli se puso nervioso tras el empate y mandó a la cancha a Cristian Pavón por Enzo Pérez. Otra vez el hombre de Boca Juniors era el llamado a cambiar la cara a una escuadra con muchos problemas.
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A los 76′ el corazón de los argentinos se detuvo, porque Rojo intentó rechazar un balón y la pelota le dio en la mano, por lo que el réferi tuvo que pedir VAR, donde se dio cuenta que la jugada fue intencional, por lo que no pitó una nueva pena máxima.
A pura pasión se jugaron los últimos minutos. Higuaín la tuvo, pero la mandó a las nubes. Sergio Agüero salió a la cancha por el milagro. Sampaoli gritaba como loco en el borde de la cancha. Pasaba de todo en San Petersburgo, menos lo que todos esperaban al otro lado de la cordillera: el segundo gol.
Estaba Messi, Higuaín, Agüero, Pavón, entre otros en la cancha, pero el héroe fue Marcos Rojo, sí, está leyendo bien, el marcador central de Manchester United clavó un derechazo con el corazón, a los 86′, para que Argentina se meta a octavos de final.
A puro emoción se jugaron los instantes finales, los argentinos «escuchando la radio» con lo que pasaba en Islandia. Finalmente el país de Maradona pasó sufriendo la fase grupal del Mundial y ahora va por la Copa. En un Mundial todo puede pasar.
Si el fútbol no es lindo, no sé qué más les pueda gustar.
Así vivimos el minuto a minuto
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