El 2 de marzo de este año, el técnico de la Roja Reinaldo Rueda hizo oficial la nómina de los jugadores que serían parte del primer microciclo de la selección chilena tras la dura eliminación del Mundial de Rusia. Al leer el documento, de inmediato hubo una sorpresa: Diego Cayupil, lateral izquierdo de 19 años y que actualmente defiende la camiseta de Deportes Temuco.
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Antes de esa nominación, donde compartió con los mejores jugadores del medio local, el joven zaguero creía que tenía el mundo en sus manos. Garcias al DT Dalcio Giovagnoli no solo debutó en Primera División, sino que también fue titular absoluto por la banda izquierda las siete primeras fechas del Campeonato Nacional.
«Hasta yo estaba sorprendido, nunca pensé que me iba a llamar a la Selección. Los chiquillos me decían: Hueón (sic), te llamaron!! Estaba nervioso porque a los únicos que conocía era a los jugadores de Colo Colo; en ellos encontré un refugio y algo de confianza para poder desenvolverme», confiesa Cayupil a El Gráfico Chile.
En esos tres días entrenando con la Roja, el lateral tuvo trabajos técnicos y de posesión de balón, intentando hacer todo lo encomendado por Rueda, para que el colombiano lo conociera. Cayupil sabía perfectamente que era su momento, que en el fútbol nacional no hay una gran cantidad de laterales izquierdos, y por ejemplo el titular indiscutido por esa banda, Jean Beausejour, está cada vez más cerca de terminar su carrera.
«Que no hayan tantas opciones por la banda, me da una esperanza de que algún día pueda jugar en la Selección. Quizá ahora a corto plazo no me consideren, pero seguiré trabajando bien para que en un futuro me llamen y pueda rendir. Es un sueño», reconoce el defensa.
Pero la buena racha que arrastraba Cayupil desde inicio de año, se destruyó una vez que tomó el avión desde Santiago a Temuco. El técnico Giovagnoli lo sacó de la titularidad, e incluso no fue citado para el crucial encuentro ante Estudiantes de Mérida por la Copa Sudamericana.
Con la sinceridad que lo caracteriza, Cayupil se confiesa: «No te sabría decir qué pasó cuando volví de la Selección, quizá mi reemplazante lo hizo bien cuando yo no estuve. ¿Humo a la cabeza? También puede haber sido una opción, no la descarto. Yo creo que mis compañeros sentían que yo había llegado con más confianza, mirándolos de igual a igual».
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Sangre araucana en el Monumental
Estar relegado a la suplencia obviamente golpea a Cayupil, pero a esta altura parece estar acostumbrado a caer cuando está a punto de tocar el éxito. Hace dos años, cuando parecía ser uno de los juveniles con mayor proyección en las inferiores de Colo Colo, Carlos Pedemonte, ex jefe técnico del fútbol formativo albo, decidió desvincularlo del club.
«La salida de Colo Colo fue durísima. Estaba entrenando, venía jugando como titular y de un momento a otro me llama Pedemonte. Nunca pensé que me podían echar, me dio mucha pena por todos los años y cariño que le había tomado al club. Era el equipo de mis amores», reconoce Cayupil quien llegó a los 13 años al Cacique.
Con la herida aún latente y tras dos años fuera del club, el defensa de Deportes Temuco regresó hace dos semanas al Monumental, para jugar por el Campeonato Nacional con su nuevo equipo.
«Estaba muy nervioso, porque ahora vi a Colo Colo de otra vereda. Me di cuenta de dónde estaba. Me dolía la guata. Cuando llegué allá me sentí como en casa, vi a mi gente, a los periodistas, hinchas, los cancheros. Fue como pucha, la gente todavía se acuerda de uno y eso es bonito», cuenta con un poco de emoción el jugador de 19 años.
Como la mayoría de los jugadores nacidos en la cantera alba, Diego no duda en reconocer que quiere volver al club; aunque antes hace una salvación: «Me gustaría volver a Colo Colo, es el equipo de mis amores. Pero también se que me gustaría regresar cuando esté más consolidadas y maduro porque jugar por ahí es una responsabilidad muy grande».