Fin al misterio en Colo Colo. Luego de tres años, Héctor Tapia vuelve a la banca alba y se convirtió nuevamente en el entrenador del Cacique para reemplazar al argentino Pablo Guede, quien renunció a su cargo por la presión que vivió tras las derrotas sufridas ante Delfín en Copa Libertadores y San Luis por el Campeonato Nacional 2018.
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Tito tendrá su segunda etapa al mando de los albos, a los que dirigió durante un año y siete meses entre 2013 y 2015. En su primer paso en el Monumental, el ex delantero reconstruyó el camino de un equipo que estaba a la deriva y ganó el Clausura 2014 para cortar la racha de cuatro años y medio sin títulos que tenía Colo Colo, consiguiendo la anhelada y esquiva estrella 30.
Pese a que la oficialización del DT será recién el miércoles, cuando el directorio de Blanco y Negro se reúna en su totalidad para votar por el nuevo técnico, la decisión quedó ratificada este martes, luego que Héctor Tapia expusiera en las oficinas de Gabriel Ruiz-Tagle, presidente de la concesionaria, sobre su forma de trabajo y así convenciera al bloque que es mayoría en la mesa. De esta forma, le ganó la pulseada a Jaime Vera, el otro candidato que tenían para asumir como reemplazante de Guede.
En su primer período al mando de Colo Colo, Tapia, además de ser campeón, terminó 3º en el Torneo de Apertura 2014-15 y 2º en el Torneo de Clausura 2014-15. En ambos torneos, el Cacique alcanzó a ser líder, pero terminó cediendo ambas coronas de forma muy dolorosa y dejando un muy mal sabor en sus hinchas. Mientras que en Copa Chile no pudo superar la fase grupal en 2014.
En el plano internacional, Tapia condujo al club en la Copa Libertadores 2015, donde finalizó en el tercer lugar de su grupo y no pudo avanzar a octavos de final, pese a que tenía todo dado. Perdió los últimos partidos de la zona y quedó fuera por diferencia de goles.
Ahora, el desafío del ex seleccionado chileno y que en sus últimos días oficiaba de comentarista en el CDF, es enmendar el rumbo en el torneo local, donde están a ocho puntos del líder Universidad Católica, y lograr la hazaña de pasar a octavos en la Libertadores en los tres partidos que le restan a los albos en el certamen, una misión que parece imposible con el punto que suman en el Grupo 2 y que los mantiene de colistas.