El Gráfico Chile

Una brujería de Messi que marcó su gol 600 como profesional decide la Liga española

Un tiro libre del “10” le bastó al Barcelona para liquidar al Atlético de Madrid del Cholo Simeone y convertir en casi insalvable la distancia entre ambos.

Por Javier Ríos Rodríguez, desde Barcelona

A principios de los 80 y con un traspaso millonario, Enrique Castro, mas conocido como Quini, llegó desde Gijón al Barcelona para aportar con su talento goleador y levantar dos Copas del Rey. El Brujo, como le llamaban por su notable capacidad para crearse oportunidades de gol, marcó al equipo que le rindió un emotivo homenaje por su fallecimiento, con un minuto de silencio de 90 mil personas en un Camp Nou de gala y un triunfo de oro por 1-0 en el partido contra el Atlético de Madrid para estar cerca de gritar campeón.

El que hizo brujerías esta vez fue Lionel Messi, principal preocupación de Diego Simeone, quien, como es habitual, le hizo un partido ingrato a su compatriota desde el comienzo. Los capitalinos llegaban como el principal perseguidor en la tabla, a sólo cinco puntos, y dotados de los característicos trucos y las pócimas defensivas que el adiestrador ocupa para anular a sus rivales, algo que, en parte, consiguió.

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El Barça, entre tanto ajetreo y desgaste, no fue el grandioso equipo que pasa por encima de sus rivales, pero siempre cuenta con Messi, quien tuvo la posibilidad de convertir un tiro libre en gol y, sin usar una varita mágica, lo logró.

El minuto 26 fue el momento del hechizo que prácticamente liquidó la Liga, con un espectacular disparo al ángulo izquierdo del arco de Jan Oblak, quien pese a su estirada, sólo pudo rozar el balón, otorgándole más espectacularidad a la foto y desencadenado la algarabía total, además del grito de “el Messias ya llegó” como orquesta de fondo para la obra de un argentino que anotó su gol 600 como profesional.

De ahí en más, hubo opciones que se pueden contar con las manos, como los tiros del mismo argentino, de Philippe Coutinho o de Luis Suárez, todas bien conjuradas por el arquero eslovaco, el menos batido de la competición.

Pero por sobre su capacidad ofensiva, el equipo de Ernesto Valverde, de ahí en más, mostró la solidez de los grandes, por lo que la potente delantera Antoine Griezmann-Diego Costa ni siquiera vio acción cerca de la meta de Marc-André ter Stegen. Sólo hubo un disparo desviado del francés, quien reprobó en la casa del que se dice podría ser su próximo club, y un par de intentos aéreos, que llovieron como el agua que cayó desde las nubes en la previa, muy débiles.

El truco estaba hecho y la Liga parece definida, por Messi, el jugador que convierte un tiro normal en gol, como por arte de magia.

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