Las Clasificatorias Sudamericanas son las mejores del planeta, eso lo saben todos, y el partido de Chile ante Ecuador está para guardarlo como uno de los más emocionantes de la historia. La Roja, con más garra que fútbol, ganó por 2-1 y quedó más cerca de clasificar a un tercer Mundial de forma consecutiva, gracias a un iluminado: Alexis Sánchez.
PUBLICIDAD
Nerviosismo, tensión, cancha mojada y dudas. Esa combinación provocó que los jugadores de ambos equipos no hicieron pie en el inicio del cotejo. Se caían chilenos y ecuatorianos, lo que marcó el comienzo de un partido lleno de emociones.
La Roja quería apretar, pero no podía. El público ayudaba bien poco, hace rato que no es factor, quizá el más débil de Sudamérica. De esa forma el cuadro de Pizzi se movía en la cancha, con toques cortos y con Jorge Valdivia como principal arma.
Primero avisó Alexis (6′) con un remate que se fue a las manos de Máximo Banguera. Luego Vidal (13′) probó de lejos, no obstante su zurdazo dio en el cuerpo de un forastero. Quería Chile, pero con muy poca claridad.
La Marea Roja ya estaba casi silente cuando se juntaron por la izquierda Alexis y Valdivia, el Mago encaró hasta línea de fondo y la tiró para atrás, donde estaba Eduardo Vargas, sí, Turboman, el que siempre rinde con la estrella solitaria cerca del corazón. El hombre de Tigres rugió como su equipo con un derechazo potente a los 22 minutos. Fin a la sequía y Rusia no estaba tan lejos como en el comienzo.
Luego del gol los pupilos de Pizzi se calmaron, rotaban la pelota en la mitad con el 10 de Colo Colo como figura. El inexperimentado Ecuador apostaba a la contra y a la fuerza física de Ordóñez, aunque nunca llevaron riesgo a las barbas de Bravo.
Cuando el cronómetro se agotaba en la primera mitad pudo caer la tranquilidad, pero Eugenio Mena (42′) le pegó como su apodo, chueco, cuando estaba mano a mano con el portero visitante.
PUBLICIDAD
Sin sufrir no vale
La Roja empezó con calma el complemento, moviendo la pelota y yendo para arriba, como se tienen que ganar los partidos. Fue así como se gestó una clara situación que bien pudo ser el 2-0. Fue un centro pasado de Vidal que conectó de cabeza Valdivia… le dio mal y se fue a las nubes.
La Tri hacía daño de a poco y los murmullos en las galerías del Monumental llegaban a la cancha, donde se dio una pésima noticia de cara al partido con Brasil. Vidal recibió tarjeta amarilla tras disputar un balón aéreo y quedó suspendido para el compromiso decisivo.
El Tucu Hernández la tuvo en Chile, pero con los contragolpes rápidos de los ecuatorianos sufría mucho. No habían grandes emociones en los arcos, aunque la tensión que provoca estar jugando la clasificación a un Mundial hacía todo más espeso.
Pizzi tardó en mover el equipo, no quería hacer cambios, es por ello que recién en los 79′ se la jugó por el ingreso de Martín Rodríguez en lugar de Vargas. La idea de Macanudo era apostar a la habilidad del hombre de Cruz Azul para definir el duro compromiso.
Lo que se temía, pasó. A los 84′ un rebote dejó al recién ingresado Romario Ibarra frente a Bravo, y con un derechazo seco puso el 1-1 que le dolió a todo un país. La Generación Dorada empezaba a mirar a Rusia lejos.
Chile tuvo cabeza fría tras el gol ecuatoriano, porque sólo 120 segundos después marcó el 2-1 como sea. Se cayó un rival cerca de su arco, lo apretó Vidal, quedó mano a mano Felipe Gutiérrez (entró por Valdivia) y el ex jugador de la UC falló de forma increíble, pero en el rebote estaba Alexis para mandar la pelota adentro. Sánchez, el mayor goleador chileno de todos los tiempos con la Roja, nos daba vida.
Ahora hay que ir a Brasil a buscar la clasificación, como sea, hay que sacar aunque sea un punto. Con la Generación Dorada todo es posible.
Así vivimos el minuto a minuto
[scribblelive id=»2679418″ ]