Así como en 58 ediciones de la Libertadores, sólo Colo Colo ha traído el trofeo a Chile, hay apenas un futbolista criollo que lo ha levantado jugando para un equipo extranjero: Ignacio Prieto. Fue con Nacional de Uruguay, en 1971, tras vencer en la final a Estudiantes de La Plata en un tercer partido de desempate, disputado en Lima.
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Este año tampoco habrá un nacional en los más alto del podio, ya que a la eliminación el miércoles del Botafogo de Leonardo Valencia, el jueves se sumaron las increíbles decepciones del Jorge Wilstermann de Raúl Olivares y del San Lorenzo de Paulo Díaz. “Y eso que antes la Copa era mucho más competitiva que ahora”, destaca el Nacho, quien trata de explicar un fenómeno que incluso afectó a Elías Figueroa.
Parece increíble que la Libertadores lleve tantos años y usted sea el único chileno campeón jugando para un equipo extranjero…
Y eso que antes la jugaban sólo los campeones de cada país y después se agregaron los subcampeones. Ahora participan equipos que salieron terceros o cuartos en sus países. Ser campeón era muy difícil, porque cada partido era un verdadero clásico, y tuve la suerte de ganarla, así que es un bonito recuerdo ser el único chileno en el extranjero en ganar la Copa Libertadores, porque es un campeonato maravilloso.
¿Habla mal de nuestro fútbol?
Es que hay que pensar que nuestra selección está prácticamente fuera de Sudamérica, son muy pocos acá, casi todos están en México. No hay muchas posibilidades así.
¿Serán mufa los futbolistas chilenos?
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No, jajajá, nunca he creído en eso de las mufas y las cábalas. No quiero menospreciar a nadie, pero hay que tener mucha calidad y fuerza para ser campeón, como tuvo Colo Colo en el 91.
¿Mala suerte entonces?
No existe ni la buena ni la mala suerte, sino trabajo, trabajo y trabajo, estar preparándose constantemente.
¿Maldición?
Puede ser una maldición, debo haber sido muy bueno yo, jajajá. No, hablando en serio, hubo una buena preparación, absolutamente dedicada a la Libertadores, y teníamos un gran equipo, donde casi todos eran seleccionados, como Manga en Brasil, Artime en Argentina, yo en Chile y para qué decir los uruguayos. No estoy negando la capacidad que pueden tener un San Lorenzo, un Wilstermann o un Botafogo hoy día, pero se notó la diferencia entre los grandes equipos y aquellos en los que están jugando nuestros compatriotas, que no son los mejores de Sudamérica.
Pero antes tampoco la ganó nadie, sólo usted. Por eso le digo, ¿no será una maldición?
Bueno, sí, puede ser una maldición, porque si lo llevas a Europa, ¿cuántos chilenos han ganado la Champions?