Las pifias volvieron a resonar en la despedida de la Universidad Católica en el estadio CAP, con la imagen del equipo de Mario Salas saliendo cabizbajo tras la eliminación de la Copa Chile a manos de Huachipato y una ola de críticas sobre el entrenador que sorprendió con un esquema inédito para salir del mal momento que acumula en 2017.
Tras sellarse el 3-2 en el partido de vuelta de octavos de final (1-1 en la ida), la UC suma un nuevo fracaso y se agigantan las críticas al Comandante, que trató de cambiar la realidad Cruzada con un dibujo de tres defensores, haciendo agua ante las arremetidas de Yeferson Soteldo y compañía en la octava región. Un argumento más para sus detractores, que también analizan los cambios que hizo en el mejor momento de la UC en este partido (sacó a Carlos Espinosa para hacer ingresar a Luciano Aued) y el escaso poder ofensivo de su escuadra este año.
La gota que rebalsó el vaso de una serie de decisiones que tienen a la UC sumando otra frustración este semestre, en el que le pena el mal nivel mostrado en el Torneo de Transición con sólo un triunfo (1-0 contra Curicó Unido como local) y un 9º lugar en la tabla de posiciones que lo aleja de los líderes de la competición.
Malos resultados de un 2017 que acompañan a la desastrosa actuación en el 4-1 sufrido contra Colo Colo en el estadio Nacional por la Supercopa chilena, cuando los hinchas apenas se reponían de la dramática eliminación de la Copa Libertadores, en que las proyecciones futbolísticas de Salas se toparon con los ineficaces planteamientos que puso en una segunda ronda de partidos para olvidar y que terminó con el último lugar del grupo.
La pifias resuenan cuando ingresa y el recuerdo del Bicampeonato se comienza a olvidar. Salas ya no tiene el crédito con el que contaba cuando comenzó el Clausura 2017, que, tras un inicio fallido, finalizó con la UC en el cuarto lugar y lejos de su clásico rival, la Universidad de Chile, que celebró el campeonato provocando la primera fisura entre los hinchas y el entrenador Cruzado.