Lucas Ontivero llegó a Universidad de Chile como uno de los grandes refuerzos para el Torneo de Clausuran. Proveniente del Montreal Impact, el argentino fue uno de los dos únicos refuerzos que contrató la U y las esperanzas de un repunte cayeron en el zurdo de 22 años. Sin embargo, estuvo lejos de rendir y sólo sumó 247 minutos en los cinco partidos que jugó.
Por eso, el argentino fue cortado rápidamente en los azules y no entró en los planes de Ángel Guillermo Hoyos para el Transición, por lo que la dirigencia de Azul Azul lo dejó en libertad. Ante este panorama, el representante del jugador, Juan Manuel Arandilla, salió a hacer una autocrítica por las actitudes que tuvo el jugador en la U, sobre todo por los excesos que tuvo.
«(La responsabilidad de que Lucas no esté en la U) es pura y exclusivamente del jugador. Reaccionó tarde, no se puso bien físicamente y también estuvo un poco relegado por alguna lesión. No pudo dar ni el 20 por ciento de lo que puede rendir», dijo el agente en conversación con Radio Cooperativa.
«Luquitas se dejó llevar por un compañero referente que inicialmente lo llevó por el mal camino, le tomó el gustito, y no hizo las cosas como las tenía que haber hecho. No había un jugador en la U con las condiciones de Lucas y los mismos compañeros lo saben. Lucas quería estar con tres o cuatro pololas y jugar al fútbol, eso no se puede. En la vida del futbolista hay que ser cien por ciento profesional, trabajar duro en la semana, con descanso, cuidando la alimentación, y en una palabra, sin la joda. De haber estado tanto tiempo solo y no poder estar con una chica en Turquía, se desquitó en Chile«, agregó.
Sim embargo, pese a las críticas que tuvo para Ontivero, Larandilla dejó entrever que un dirigente inició una «campaña de control, redes sociales y demás para tratar de sacar a un jugador y en seis meses meter a otro», aunque tuvo palabras de agradecimiento para la U: «el equipo lo trató como si fuese de la familia y eso lo vamos a agradecer siempre».