Por Gonzalo Pérez, enviado especial a Buenos Aires
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“Los recibimos con la mano tendida, con el corazón abierto”. Esas fueron las palabras con las que el Ministro de Turismo de Argentina, Gustavo Santos, dio la bienvenida a la comitiva del Dakar, comandada por Etienne Lavigne, director de la carrera, para lanzar de manera oficial el recorrido en Buenos Aires y conocer las ciudades que albergarán las 14 etapas que comprende la edición 2018, la décima que recorrerá Sudamérica.
La misma mano tendida o el corazón abierto que no encontró en Chile. Es que al momento de hablar de las fallidas negociaciones para que el rally cross country más importante del mundo vuelva al país, a Lavigne parecen venirle a la mente recuerdos de la primera vez que llegaron a territorio sudamericano, un ya “lejano” 2007, cuando Argentina y el Desierto de Atacama tenían todo el protagonismo. Un Desierto de Atacama que le entregaba al Dakar las arenas y las dunas que los pilotos tanto querían. Una réplica casi perfecta del entorno que tenían en África.
Sin embargo, en 2018 ya serán tres años sin Chile en el recorrido. Aunque el deseo de ASO, empresa organizadora de la competencia, era recuperar esas ansiadas imágenes desérticas, las negociaciones no prosperaron y el director de Dakar culpó a las autoridades gubernamentales y las condiciones que establecieron.
“Como podrás imaginar, no fue mi deseo (que el Dakar no estuviera en Chile). Para proponer la idea que Chile vuelva, hay que recuperar un contexto de trabajo favorable. La idea que nos propusieron fue sólo pasar por Iquique, pero es difícil integrarlos a la carrera si pasas sólo por esa ciudad”, comenzó explicando Lavigne desde Buenos Aires sobre las condiciones que le pusieron desde el Gobierno de Chile y que los llevaron a decidir no tener al país por tercera vez en su recorrido.
No es falta de voluntad, pero no puedo cambiar el espíritu Dakar para sólo entrar a Chile. Esa fue la dificultad que encontramos
“Si volver a Chile era tenerlo sin camiones, es difícil. Con las condiciones presentadas desde el Ministerio era muy difícil integrarlos en un esquema Dakar. No es falta de voluntad, pero no puedo cambiar el espíritu Dakar para sólo entrar a Chile. Esa fue la dificultad que encontramos”, agregó.
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Los «problemas chilenos»
Pero las condiciones de competición no fueron el único problema que le presentó Chile para que retorne el Dakar tras dos años de ausencias.
“No puedo armar etapas interesantes si no puedo entrar con camiones o sólo tengo que quedarme en Iquique. Las condiciones estaban demasiado duras para nosotros y con su idea no podíamos hacerlo, además que no nos daban presupuesto para entrar. Cuando el Ministro de Deportes (Pablo Squella) dice que no hay presupuesto a nivel nacional, cómo yo le voy a decir a Argentina, Perú o Bolivia, que sí me van a ayudar económicamente, que en Chile no me van a dar nada. La posición de Chile no nos acomodó”, sentenció.
Sin embargo, pese a las complicaciones y poca voluntad que ha visto en las últimas tres negociaciones, Etienne Lavigne añora volver a Chile, más aún ahora que Perú retornó al recorrido y le abre la puerta a cumplir su sueño de unir en un Dakar al norte del continente, desde Colombia, con el sur, por nuestro país.
Somos amigos de Chile, queremos volver y tenemos ideas para armar etapas ahí, pero, con las condiciones presentadas, no los podemos imaginar
«Somos amigos de Chile, queremos volver y tenemos ideas para armar etapas ahí, pero, con las condiciones presentadas, no los podemos imaginar. Hemos empezado nuestra historia latina con Argentina y con Chile. En el Desierto de Atacama hicimos los campamentos más famosos y tenemos una historia emocional con Chile muy fuerte”, dijo a El Gráfico Chile desde Buenos Aires.
“Nuestro deseo es volver, hay un público y gente que le gusta la competencia. Mi sueño es rearmar etapas en Chile, porque es un país fantástico y hay muchas cosas por hacer. Estamos disponibles a imaginar cosas y hay un futuro para el Dakar en Chile, pero con la condición que nos inviten. Cuando estás invitado siempre es un placer decir que sí. Además, falta Chile para cumplir mi sueño (unir el continente de norte a sur), si recuperamos Chile podemos soñar en grande”, concluyó.