El Gráfico Chile

El impresionante predio “Julio Humberto Grondona” que la Roja sueña con copiar

Las diferencias del centro de entrenamiento de la selección argentina y el recinto de Macul son siderales. La Selección sueña con emular el recinto.

Por Javier Ríos Rodríguez, enviado especial a Buenos Aires

«El tráfico a esta hora es imposible», dice el conductor del taxi, mientras se seca el sudor de la frente tras casi una hora de viaje desde el centro de Buenos Aires para llegar al Complejo Habitacional y Deportivo de Ezeiza, que recientemente la Asociación del fútbol Argentino rebautizó como Julio Humberto Grondona.

Homenaje póstumo realizado en 2014 para el creador del impresionante recinto que aloja los sueños del fútbol trasandino en un «predio» impresionante ante los ojos de los nuevos visitantes.

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Es que las 48 hectáreas -muy bien custodiadas por personal de la policía provincial- maravilla por sus grandes árboles, caminos cuidados y lo más importante, por su infraestructura deportiva: 9 canchas de fútbol de primer nivel, además de un mini estadio de fútbol-playa y un gimnasio totalmente equipado a disposición de la selección adulta, como para los y las jugadoras juveniles de la AFA.

La caminata para llegar al lugar de entrenamiento de la selección argentina de Lionel Messi es larga y está acompañada por diversos homenajes, como el espectacular mural del Papa Francisco recibiendo al plantel albiceleste (ver galería de imágenes) o las placas que homenajean a otros dirigentes.

Magnificencia que Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli conocían, usándolo como espejo para la creación de un recinto a la altura en Chile, para renovar el añejo Juan Pinto Durán, que con el paso del tiempo ha quedado atrás a nivel sudamericano.

Finalmente el proyecto que tomaba vuelo en la época de Sergio Jadue tras el triunfo en la Copa América de 2015, con ideas para impulsar la maqueta al estilo Ezeiza en comunas como Cerillos (ex-aeropuerto) o La Pintana, quedó en nada pese al apoyo declarado del Gobierno de Michelle Bachelet.

La prolijidad de los camarines, el sistema de regadío de las canchas, que se mantienen parejas todo el año y la tecnología al servicio del fútbol también impactan, mientras en la cancha principal los jugadores que se preparan para enfrentar las Eliminatorias ni se dan cuenta que no están en sus clubes europeos.

La salida de Ezeiza, entre hinchas vueltos locos para ver al plantel argentino, y pese a la gran cantidad de mosquitos de la zona, deja pensando a los visitantes chilenos que en una envidia escondida no se explican como los nuevos campeones de América no tienen un centro de entrenamientos a la altura del “Julio Humberto Grondona”… a seguir esperando.

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