La carrera de jinete es intensa, arriesgada y además corta, si no se mantiene un físico privilegiado para las disputadas competencias de nuestros hipódromos. Por eso el triunfo de Emeterio Guzmán, en los lomos de «El Jibarito», desató una ovación entre los fanáticos que se quedaron a ver la 18ª carrera del Club Hípico de Santiago el pasado lunes.
Con 71 años el maestro de la fusta logró lo impensado y batió un récord en la historia nacional, demostrando que la edad no es factor si se mantiene un entrenamiento diario, que en este caso va desde las 7 hasta las 11 de la mañana, sagradamente, todos los días galopando caballos.
Y quien mejor que el mismo Guzmán para revivir el notable momento en que cruzó el disco en primer lugar: «Tomé tranco firme, yo sabía que era un caballo rápido, pero había que saber gobernarlo. Es un ejemplar que tiene su genio. Pero cómo conozco tantos caballos, me dio lo mismo esto. Conozco los potrillos, entonces, sé el genio que tienen y lo que van a hacer, así que fue muy bueno y bonito para mi ganar», comenta a El Gráfico Chile tras otra jornada de entrenamiento galopando purasangres.
El histórico jinete debutó el año 1962 en Punta Arenas, donde durante tres años descolló pese a su juventud y experimentados competidores en ese olvidado club. Tras esa experiencia llegó a Santiago, donde ganó de todo. Sumando triunfos clásicos en Grupos I, II y III y más de 600 carreras de handicap. Eso sólo en Chile, porque también tuvo su oportunidad en Estados Unidos donde corrió 16 carreras con cinco triunfos y 4 figuraciones en tabla.
Como en sus mejores momentos, Guzmán tomó la punta firme y no la soltó, se lució y recibió todo el cariño por su inédita gesta: «Uno estando en training no se reciente tanto, tienes pocas oportunidades. Me gustaría tener muchas más, para los jinetes que entran a una edad ya no los consideran. Además hay algunos jinetes que se dejan estar, algunos colegas que tienen sus años no entrenan. Yo voy todos los días a prepararme. Monto mis 14 caballos diarios», comenta emocionado de su plena condición y de toda su experiencia que lo ha hecho estar tanto en los lomos, cómo en las veces de profesor de aprendices en las escuelas de jinetes.
Proyecciones y el apoyo a los adultos mayores
La vida de las personas mayores en Chile no es fácil. Con pensiones de miseria, deben seguir trabajando, sin un reconocimiento de parte de las nuevas generaciones que en esta sociedad no los miran como sabios, si no como muestra del pasado. Emeterio Guzmán lo asume, pidiendo más oportunidad para los que ya pasaron a ser adultos mayores: «Mis nietos me felicitaron y el público también, uno con los años tiene amigos y todos se sintieron felices por el triunfo. Me siento feliz de haber triunfado aquí y afuera, donde me pusieran, lo importante era ganar. Acá falta apoyo a los que están en la cancha, a veces hasta te quieren retirar la patente, imagínate, ojalá nos den más oportunidades y no es que ganemos todas las semanas, pero que sepan que a uno le da el físico y está el jinete para conseguir cosas importantes», señala abordando el tema.
Guzmán recibió toda la confianza del preparador José Tomás Allende, que lo puso a bordo de «El Jibarito» y deslizó una crítica a sus colegas, para que tomen en cuenta a los conductores con experiencia: «Emeterio tiene toda la experiencia del mundo y está en un estado físico excepcional, es el jinete más trabajador de Chile, parte a las 7 de la mañana trabajando y termina su labor a las 12 del día y mantiene su físico. Si los otros preparadores no le dan la oportunidad es problema de ellos, porque yo confío en él y lo hago porque está en muy buenas condiciones. El no está en la alta competencia porque en Chile no nos gusta la gente con mucha experiencia, parece», comenta camino a una nueva jornada de carreras.
«El tiene todos los méritos, es el que trabaja, corre los caballos y ganó con sus merecimientos la carrera, y podría ganar muchas más. Al igual que Luis Muñoz, otro jinete de tremenda experiencia que si tuvieran las oportunidades podría ganar muchas más carreras. No confiamos en nuestra gente y ellos cuando tienen su oportunidad la aprovechan», complementó.
Emeterio Guzmán es ejemplo de una realidad adversa y el atrevimiento para enfrentarla con trabajo y decisión. Mismas características que buscará reflejar en el futuro, con muchas proyecciones: «Voy a seguir hasta que Dios me diga hasta aquí llegai o te cansai. Cuando uno quiere a la profesión, no la vas a dejar nunca. No le tengo miedo a los accidentes, no se puede tener temor porque o si no, no funciona. Además todos saben que yo soy jodido y no me van a cargar, hay muchos que saben de mis mañas, para haber ganado como 400 condicionales y con potrillos nuevos hay que manejarlos algo hay que hacer».
El fuego competitivo del jinete no se apaga ni a los 71 años, con los que Guzmán seguirá trabajando diariamente, esté enseñando o corriendo, para dejar el nombre de los jinetes chilenos en lo más alto de una tabla que no conoce de edad, mientras la calidad se mantenga inalterable.
GRAF/JR