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Por César Luis Menotti
Este domingo encontraremos en la final de la Copa América no sólo a los dos mejores equipos del torneo, sino también a los dos mejores del continente en los últimos tiempos. Argentina es un equipo que se encuentra cada vez más cómodo dentro de la idea de Martino y Chile, a pesar del cambio de técnico, sigue sosteniendo unas convicciones impresionantes.
Todo puede pasar en una final y en toda acción de la vida existe el azar, pero a priori pienso que Argentina tiene una grandísima oportunidad de ser campeón. Mucho más que en la final del año pasado. Siento que Argentina llega más entera, sin tanto desgaste y exigencia, y con una gran ilusión.
Los últimos partidos, Argentina los casi ganó casi caminando. Ahora claro, Chile es un adversario de sumo riesgo que se ha ganado hace tiempo el respeto de la gente y los rivales. Pensaba que al equipo le iba a costar la transición con Pizzi, pero evidentemente los jugadores están muy convencidos de la idea.
El técnico le sacó algunos metros al equipo, es un poco más contenido y ya no presiona tan adelante. Pero cuando atacan lo hacen con muchos jugadores y mucha autoridad. Lo de Chile es realmente para destacar. Siempre tuve buenos jugadores y equipos competitivos, pero ahora también hay un enorme conocimiento estratégico de lo que se pretende.
No espero un partido de mucho vértigo, sino más bien de control y estudio. Son dos equipos que se conocen y han competido mucho. Y no creo que influya la final del año pasado. Son jugadores experimentados y además Chile todavía no le ganó a Argentina en los 90 minutos. La final pasada se definió por penales y el último partido lo ganó Argentina. Yo creo que Chile está más preocupado por eso y debe tener muchas ganas de poder ganarlo esta vez.
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Argentina, además, parece haber encontrado la forma de su entrenador: se nota que este equipo es más de Martino. El técnico se siente más cómodo y eso se trasmite a los jugadores. Antes, tal vez, Argentina tenía cierta vocación por asumir responsabilidades que luego no las podía resolver.
Es un equipo que ahora presiona tres cuartos y que tiene tres volantes con buen juego, pero también con mucha marca y no tanta llegada. Mascherano ya no sale a presionar a 60 metros, sino que se ubica como reserva de los dos centrales, y la defensa tiene mayor solidez, con dos laterales que son más marcadores de punta.
Y es respetable: un equipo debe pararse en el lugar que le queda más cómodo, no se puede pretender que Nicolino Locche sea noqueador. Pero por supuesto, además de eso, Argentina cuenta arriba con jugadores letales que pueden hacerle daño a cualquier equipo del mundo. Sin que nadie se dé cuenta cómo ni por qué, Messi te metió la pelota dentro del arco.
Chile también tiene sus enormes jugadores como Vidal, quien para mí es el segundo mejor jugador del torneo después de Messi. Lo suyo ha sido asombroso. Tiene un enorme despliegue físico, pero también una clara concepción y conocimiento del juego. Se nota allí la influencia de Guardiola en el Bayern Múnich. Y también está Alexis Sánchez, un jugador muy habilidoso y con experiencia. Sin dudas, todo está servido para que veamos un gran partido de fútbol.
GRAF/JR