Por Diego Espinoza Chacoff
El panorama con el que la Universidad de Chile llegó al Estadio Nacional este viernes, para enfrentar a Deportes Iquique era terrible. Cinco jugadores marginados, el técnico Sebastián Beccacece sin certeza de continuidad y la presión de una hinchada que llegó en masa para alentar a su equipo en Ñuñoa.
Pese a ese oscuro escenario, los azules salieron muy concentrados para hacerle frente a los dirigidos por Jaime Vera, y con una fuerte presión que terminó en un autogol de Tomás Charles a favor de los laicos, cuando el reloj marcaba los 17′.
Sólo 13 minutos después, el árbitro Enrique Osses sancionó la jugada más polémica del partido tras el penal cobrado a favor de la U, luego de la falta en el área de López a Guzmán Pereira, y que a los 31′ definió el tanto de penal convertido por el capitán Johnny Herrera.
Gol de goleador y a celebrar. ¿Con quién? Con el propio Beccacece al que ya habían ido a abrazar casi todos los estudiantiles en el primer tanto. Esta vez Johnny lideró la celebración, dado que en el primer tanto a favor prefirió mantenerse al margen de los festejos, al igual que Osvaldo González. Pese a eso, la idea del plantel fue acallar las críticas de un quiebre interno y así lo hicieron demostrar en el Nacional.
A pesar de esos innumerables gestos que los laicos querían mostrar en la cancha, la confianza del 2-0 los nubló en su juego y por ello los Dragones Celestes se aprovecharon de las desconcentraciones defensivas con un gol de Luis Bustamante a los 54′.
Esa diana tensionó al máximo a Beccacece quien, incluso pensó en enviar a la cancha al delantero boliviano Bruno Miranda, pero la lesión física de Pereira lo obligó a permitir el ingreso de Benjamín Vidal en el medioterreno.
Con ese escenario, la U perdió profundidad en el ataque sin el mediocampista uruguayo, y se dedicó a labores defensivas con el ex O’Higgins como un quinto reserva. Dado eso, Iquique se enfocó en atacar y casi iguala el marcador cuando a los 39′, el poste fue el milagro que salvó a la U de hipotecar el dificultoso triunfo conseguido.
Gracias a esta victoria, sirvió como un respiro para fanáticos y plante, dado que la U queda a ocho puntos alejado del descenso en la tabla general acumulada de la temporada 2015-2016, y se empieza a olvidar de la posibilidad de bajar a la Primera B.
El próximo rival de los laicos será el puntero Universidad Católica, en San Carlos de Apoquindo, y por una nueva edición del clásico universitario.