Por Pablo Serey Correa
Paradoja. La ilusión por ver al equipo levantando una copa ha vuelto, pero eso ha ocurrido en medio de una profunda crisis financiera que ha puesto en duda el futuro de la institución. Así se vive en por estos días en Santiago Wanderers, equipo que ha sorprendido con un atrevido planteamiento de juego interpretado por un grupo de jóvenes bajo las órdenes de Alfredo Arias.
Sin posibilidad de sumar refuerzos a comienzos de año y con una incertidumbre en lo económico permanente, el entrenador uruguayo se las ha arreglado para llevar a cabo sus ideas y así tener al equipo en la pelea de arriba. Eso sí, el turbulento estado de las cosas lo tiene en una posición compleja: tiene contrato por un año, pero una cláusula le da la opción de revisar si vínculo a fines del Clausura.
Y es que para el charrúa todo pasa por la falta de claridad sobre el proyecto que tiene la dirigencia en medio de una tormenta que parece algo más apaciguada, ya que el pasado lunes el DT se reunió con el empresario Nicolás Ibáñez, principal accionista del Decano, quien en una breve cita le explicó que en materia financiera no habrá líos, a menos hasta fin del primer semestre.
¿Cómo se encuentra el equipo de cara a la recta final del torneo tras este turbulento semestre que les ha tocado vivir?
Muy bien, el equipo se ha sentido fuerte, porque se hizo fuerte en las adversidades. El equipo ha llegado a estas instancias de pelear en la parte alta superando muchas dificultades y todo lo que se pueda conseguir es bienvenido. Han habido muchos problemas extradeportivos, el equipo ha tenido que sobrevivir, esa es la palabra, esa la verdad es que nos ha tocado vivir.
Pero ahora parece que la tormenta se calmó un poco…
Y bienvenido sea. Eso sí, siempre dijimos que aunque la situación económica fuera complicada, nada nos haría desviarnos y por eso ninguna cosa nos hizo jugar mal. En todo caso, eso no quiere decir que ahora va a estar mejor, porque las garantías que tenemos hasta fin de torneo es lo normal que debe tener un club, es lo lógico, pero igual es algo que hace que el jugador se sienta bien.
¿Su ánimo y el de sus dirigidos mejora con la noticia de la estabilidad hasta fin de torneo?
Nunca lo dejamos de hacer bien, eso quiero dejarlo en claro. Siempre dijimos que íbamos a ponerle el pecho a las balas y los jugadores han sido los primeros en dar el ejemplo. Ahora viene la parte de rematar el campeonato, estamos todos mentalizados en la búsqueda de puntos, sabemos que es la parte más dura y la enfrentamos con algo de comodidad por las noticias que hemos recibido.
¿Cómo se siente trabajando de la forma en que le ha tocado hacerlo? Tiene contrato hasta fin de año, pero una cláusula le permite reevaluar su situación a fines del Clausura…
Sin ninguna duda estamos bien, pero estamos bien para ver el presente, para ver el partido que viene cada fin de semana, esa es mi situación y la de mi equipo técnico, pero entiendo que la pregunta es inevitable y la verdad es que nadie sabe lo que va a pasar con nuestro futuro. Lógicamente me tendré que sentar a conversar con la directiva una vez que termine el torneo para ver cuáles son los objetivos del club.
En ese sentido, tuvo la oportunidad de reunirse con Nicolás Ibáñez hace algunos días ¿Cómo fue esa reunión?
Estuvo bien, nos conocimos, pero fue un diálogo corto. Él es una persona muy importante, pero tiene poco tiempo y la reunión no duró todo lo que me hubiera gustado. Más allá de eso, en resumidas cuentas tuvimos la oportunidad de conocernos y de hablar algo del proyecto, pero todo muy rápido. Siempre el sentarse a conversar dejará buenas sensaciones y yo siempre estaré dispuesto a sentarme a conversar y a conocer gente nueva.
Más allá del complicado escenario administrativo ¿Qué ha significado para usted dirigir Santiago Wanderers?
Es un verdadero orgullo trabajar en una institución con tanta riqueza como lo es Santiago Wanderers. Además, estar trabajando a la par de jugadores llenos de agallas, con un nivel de compromiso de darlo todo, nos deja esa ilusión de poder entregarle algo más a la rica historia que tiene este equipo. Esperamos que con un buen presente podamos escribir una nueva página en la historia del club.
Y esa riqueza no sólo pasa por los jugadores y técnicos. La gente de Valparaíso juega un rol importante…
Tenemos un potencial enorme como club y eso es la gente que acompaña, la gente de Valparaíso, que es gente que siente muchísimo la camiseta y que siempre quiere ir a un estadio a ver a su equipo. Ojalá que pronto pase el castigo que tiene nuestra institución sobre sus galerías para que podamos jugar con un estadio repleto. Estoy seguro que cuando pase lo del castigo, los hinchas llenarán el estadio. Los jugadores así también lo esperan.
Para cerrar le pregunto por un aspecto muy especial de su estadía en Wanderers ¿Cómo ha sido trabajar con David Pizarro, pese a que no ha podido utilizarlo en cancha?
Para nosotros ha sido una experiencia muy buena. David es un jugador que tiene en su recorrido muchos años en el primer de Europa y eso siempre dejará un aporte tremendo para el resto del grupo. La relación con el cuerpo técnico ha sido muy buena porque él es un verdadero señor en el trato, y su contribución a nuestro ha sido importante pese a que no hemos podido utilizarlo en los partidos. Esperemos que pronto podamos verlo en cancha.