0 of 8
Por Pamela Romero Novoa – El Gráfico Chile
PUBLICIDAD
Se llama Ignacio Saavedra Pino, jugó para Colo Colo durante su niñez pero hoy es parte de Universidad Católica, el club que según su padre le robó el corazón.
Es titular en la Rojita Sub 17 y ha sido vital en los duelos del mundial de la categoría que se realiza en nuestro país. Pero más que una promesa del fútbol chileno, Ignacio es una persona con un gran corazón.
Cuando el mediocampista de la UC era pequeño sus padres no le dieron mucha importancia al talento que tenía ¿La razón? su hermano mayor jugaba en Colo Colo y toda la atención se la llevaba él.
“No nos fijamos tanto en Ignacio porque era el más chico, era el menor, una güagüa. Hasta que una vez el mayor nos dijo que llamaron del colegio para que fuéramos a ver jugar a Ignacio. Tenía 6 años y lo hacían jugar en una categoría de niños de 8 años, era como tan chiquitito, pero tenía talento. Ahí Colo Colo lo fichó. Estuvo hasta los 13 años y luego tomó la decisión de irse a Católica”, cuenta Aldo Saavedra, padre del seleccionado nacional a El Gráfico Chile.
“Fue capitán de Colo Colo, jugó varias copas, fue España a jugar, era un referente del equipo. Pero en un momento de desencantó y en Católica fueron capaces de reencantarlo con el fútbol. Se lo llevaron a vivir a la residencia, tomó esa decisión a los 14 años. La mamá lloraba todos los días pero él era súper consciente de lo que quería. Sabe que para llegar a esto se tenía que dedicar al 100%. Es muy profesional, es planificado y eso lo hace llegar donde está”, declara feliz el padre de Ignacio.
Sobre el futuro futbolístico de su hijo es claro. “Él quiere ser futbolista profesional, quiere debutar en Católica y después irse afuera, está consciente de que puede jugar en cualquier liga. Por ahora dice que Católica le robó el corazón”, señala Aldo.
PUBLICIDAD
Pero el joven jugador que cursa 3ro medio en un colegio especial para deportistas se destaca no sólo por su talento con la pelota, sino también por la personalidad y el buen corazón. Su padre comenta, antes del duelo con Estados Unidos, que Ignacio decidió comprar entradas para regalarle a los niños de dos clubes del campo donde viven sus abuelos. El dinero salió de su propio bolsillo y la idea era entregarlas a los niños que tuvieran mayor compromiso con el deporte y también los estudios.
“Mi familia es de San Vicente de Tagua Tagua y ahí hay una escuela de fútbol. Entonces les compré entradas para que ellos pudieran venir y también compré entradas para una escuela de Peumo para que pudieran disfrutar el partido de Chile. Yo también jugué allá, entonces también uno quiere que esos niños lleguen a jugar un mundial, sea sub 17, sub 20 o adulto. Que puedan salir de esos barrios que no son tan buenos, que se alejen de las drogas y que el fútbol los lleve por un buen camino”, señaló Ignacio luego de haber triunfado ante EE.UU. en el duelo de este viernes.
GRAF/PRN