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Juan Ignacio Gardella, enviado especial a Toronto – El Gráfico Chile
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En diciembre del 2008, Jorge Carinao era la gran promesa de las pesas chilenas. Con 16 años, figuraba segundo a nivel panamericano en la categoría sub 17, mientras que en nuestro país ganaba campeonatos adultos y batía récords juveniles.
Podía llegar muy lejos, pero un día, mientras entrenaba, el implemento le cayó encima y lo dejó parapléjico. Su pasión le había quitado la posibilidad de caminar y lo dejaba sumido en un profundo cuadro depresivo.
En esa época se refugió en su familia y sus amigos, pero eso no lo completaba. Hasta antes del trauma, se dedicaba full time a su disciplina, por lo que había un vacío grande que llenar.
“Hay sensaciones que sólo el deporte te da, que no encuentro en otro lugar. Después del accidente perdí todo eso. Fue bien frustrante”, recuerda el levantador, que el sábado le dio a Chile la primera medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015, con récord continental incluido.
Fue en la misma cita, pero cuatro años antes, en Guadalajara 2011, que se reencantó con la actividad, aunque para ello tuvo que superar las clásicas aprehensiones. “Cuando supe que existían los Parapanam, que se hacían en las mismas sedes y después de los convencionales, me motivé un poco, aunque no me encantaba la idea. Tenía prejuicios: que no era alto rendimiento, que era casi para que la gente fuera y dijera ‘qué lindos se ven’, pero era por la depresión y porque no había asumido mi situación”, admite el pesista de 24 años, que sólo en territorio mexicano se convenció de que esto era en serio.
“Cuando llegué a la villa, me di cuenta de que estaba equivocado. Había un montón de personas discapacitadas y nadie se hacía problemas. Yo igual estaba acomplejado por la silla, pero ahí aprendí mucho y asumí el tema, porque me empezó a dar lo mismo todo”, rememora el temuquense, que en suelo azteca remató sexto.
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Otra frustración antes de alcanzar el olimpo continental
Con sus marcas, Jorge era medalla de oro fija para los Juegos Parasuramericanos de Santiago 2014. Sin embargo, en febrero del año pasado los planes cambiaron. “Por la discapacidad, me hice una herida en la pierna y me hospitalizaron”, cuenta Carinao. “Me salieron unas escaras, pero las ignoraba. Según yo, estaba bien. Fue responsabilidad mía”, reconoce.
Pese a todo, igual quería competir en su país, pues era una oportunidad única. Hasta última hora peleó para ello, pero no se lo permitieron. “Rogué hasta último minuto para que me dejaran salir del hospital, participar y que después me internaran de nuevo, pero no lo conseguí. El que ganó lo hizo con 105 kilos, un peso que seguro yo hacía”, afirma con la confianza de un campeón parapanamericano.
Hoy es el mejor no sólo a nivel sudamericano, sino continental. La convicción fue clave. “Obvio que me sentí frustrado, pero nunca pensé en tirar la toalla”, advierte.
¿La receta para reponerse a tanto golpe? “Tienes que hacer algo que te guste, que de verdad te haga sentir bien, ponerte metas y actuar en base a ellas. Yo no puedo concebir no lograr algo si no lo intento todo”, cierra.
Un ejemplo de superación.