Isidora Jiménez soñaba con un podio en Colombia en los 200 metros. Finalizó cuarta frente a las brasileñas / efe
Por Juan Cristóbal Guarello
Hace 25 años, Campeonato Sudamericano de Sao Paulo, Chile obtuvo el tercer lugar aventajado claramente por Argentina. Por entonces, luego de derrotar a los trasandinos en La Paz 1981, Santa Fe 1983 y perder por monedas en Santiago 1985, se habló de un mal resultado. Hubo fuerte autocrítica y muchos miraban con incertidumbre el futuro de este deporte. Esas dudas no alcanzaban las dimensiones que el torneo realizado en Cartagena de Indias nos demostró: sexto, aventajando a Perú por seis puntos. En el cuadro de medallas el asunto es peor: séptimo lugar. El detalle histórico es relevante: los peruanos jamás fueron rivales de Chile en el campo y en la pista.
Antes de entrar en el análisis general es justo reconocer a los que respondieron. Macarena Reyes y su notable medalla de oro en el salto largo. Un duelo mano a mano con la brasileña Keila Costa (con antecedentes de 6,88 y campeona sudamericana vigente), que se decidió en el último brinco con 6,54 metros para la chilena y 6,49 para la linajuda contrincante. También dio dura batalla otra brasileña, Jessica Carolina Alves, quien alcanzó los mismos 6,49 de su compatriota. Con la medalla vino además la clasificación directa el Mundial en Moscú.
Fueron notables las dos preseas de plata. Mauricio Valdivia debió bregar contra el fortísimo venezolano José Peña (8:22,56 esta temporada) en los 3.000 metros con obstáculos y debió conformarse con el segundo lugar (8:32,01 contra 8:44,36 lo que muestra el gran nivel de Peña). Meritorio porque volvió a derrotar al brasileño Gladson da Silva Barbosa, a quien ya había vencido en la Copa Brasil. En los 5.000 metros varones Víctor Aravena peleó hasta el final con el experimentado ecuatoriano Byron Piedra. Una carrera muy lenta donde Piedra demostró todo su oficio para sacar la ventaja justa (14:15,35 contra 14:17,97 del chileno).
Karen Gallardo ratificó su regularidad al lanzar 57.04 metros quedando tercera en el disco femenino, prueba que fue ganada por la brasileña Fernanda Borges Martins con 60.79. Finalmente Iván López hizo una carrera sufrida en los 1.500 metros varones sucumbiendo por fallo fotográfico frente a Jean Carlos Dolberth Machado de Brasil y Federico Bruno de Argentina. Los cronos: 3:45,94 para los dos primeros y 3:46.00 para el chileno hablan de lo estrecha que fue la competencia.
También es bueno señalar los cuartos lugares de Max Alonso en disco, Odette Palma en martillo, Leslie Encina en los 5.000 metros, Isidora Jiménez en 200 (la prueba estuvo muy fuerte) y la posta 4×100 femenina. Hasta ahí lo positivo.
¿13 atletas?
Las perspectivas nunca fueron buenas para este Sudamericano en el momento en que la Fedachi decide concurrir con apenas 13 atletas, cuando lo habitual es concurrir con un mínimo de 20 representantes. Una de las delegaciones más pobres en la historia de este deporte. Aquí hay mucho paño que cortar y es bueno poner nombres y números para evitar confusiones.
Primero, la lesión de Gonzalo Barroilhet evidentemente privó de puntos en 110 vallas (peleaba el bronce) y decatlón (ganaba caminando). Pero no se puede entender que Natalia Ducó, María Paz Ríos y Enrique Polanco no estuvieran por privilegiar el Mundial Universitario de Kazán. La balista peleaba el oro con la brasilena Geisa Arcanjo, Ríos tenía para un cuarto o quinto lugar en jabalina y Polanco pude meterse en la final de los 100. Con un poco de esfuerzo los tres pudieron y debieron estar en Cartagena.
Hay otros nombres que hubieran aportado bastante: Joaquín Ballivian con 17,90 en bala pudo ser quinto y hasta mejorar su marca frente a rivales que lo exigieran; Alejandro Horn con sus buenos 15,97 en triple mereció ser nominado (la mejor marca chilena en triple en casi 30 años); Ignacio Rojas peleaba un lugar en la final de los 100 con sus 10,51; Diego Lyon con 14,21 en 110 vallas también; Javiera Errázuriz puso 59,77 en 400 vallas esta temporada y hubiera dado puntos; Sandro Corona con 7,60 en largo se mete entre los seis mejores; Erika Olivera pudo estar en los 10 metros planos más allá de la marca mínima; Yerko Araya tenía algo que decir en los 20 kilómetros marcha y no fue…
En fin, la Fedachi puso marcas mínimas muy exigentes, lo que menguó de manera dramática el equipo y redundó en una delegación pobre. Se exigía, por ejemplo, 10.35 para los 100 varones, 14,10 en 110 vallas, 18 metros para la bala (Ballivan a 10 centímetros), 16 metros en el triple (Horn a tres centímetros), absurdos 7,80 en largo, 53,50 en 400 planos damas, 59 segundos en 400 vallas (mejor que el récord chileno)…
Apenas se presentó equipo en una de las cuatro postas y en velocidad sólo hubo dos competidoras en 200 metros femeninos, quedando sin chilenos todas las demás pruebas tanto en damas como en varones. Algo que nunca había ocurrido en delegaciones nacionales. Según se supo había presupuesto para enviar 20 atletas, pero finalmente llegaron a Colombia siete deportistas menos.
Caso especial es el del semifondista Tomás Squella. Residente en Estados Unidos, esta temporada batió el récord nacional bajo techo con excelentes 1:46,76. Sin embargo no fue considerado debido a que su marca fue hecha al aire libre. Sin estar en su mejor momento, Tomás peleaba un bronce sin problemas, incluso pudo arrimarse a una medalla de plata. Conocidas son las desavenencias del padre de Tomás, Pablo Squella, con el presidente de la Fedachi Álvaro González. No es la primera vez que Tomás Squella queda afuera de un torneo internacional teniendo la marca mínima.
Sumando y restando, con un puñado de atletas más, que los había, Chile pudo haber sumado entre 20 y 30 puntos extra (tomando en cuenta que los relevos y las pruebas combinadas dan doble puntaje), y se pudo mejorar de manera importante en la tabla. Incluso con delegación completa y cuatro postas estábamos para pelearle el cuarto lugar a los argentinos. Lástima que Álvaro González reaccionara de la peor manera ante las críticas, dijo que “la Fedachi no es una agencia de viajes”. Respuesta idiota si cabe.
Razones malas y buenas hay de sobra, lo único cierto es que Chile hizo su peor actuación de la historia y esto sólo confirma el rezago de nuestro atletismo en los últimos años. El 5 de mayo Germán Luján Lauro, el balista argentino, batió el récord sudamericano con 21,26 metros dejando atrás los 21,14 que tenía Marco Antonio Verni desde 2004. Con esto, Chile salió de la tabla de récords sudamericanos adultos, tanto en damas como en varones, por primera vez en la historia. Fue un aviso, lo de Cartagena lo comprobó, nos estamos quedando…
Las estrellas
Pese a que faltaron algunos atletas importantes como la garrochista Fabiana Murer (4,70 metros este año), la triplista colombiana Caterine Ibargüen (14,83), el garrochista brasileño Augusto Dutra (5,82) o el fondista brasileño Marilson Gomes do Santos (Brasil) y reciente recordista sudamericano de decatlón, Carlos Eduardo Chinin (8.393 puntos) hubieran sido figuras en Cartagena.
El mejor fue el garrochista Thiago Braz (Brasil), quien batió el récord sudamericano al alcanzar sensacionales 5,83 metros; también muy buenos los 8,24 metros del brasileño Maurio Hilario en el largo; la colombiana Denis Ruiz batiendo el récord del torneo en jabalina con 60.23 metros y los 20.87 metros de Germán Lauro en la bala (récord de campeonato) deben destacarse.
Brasil ganó una vez más la competencia con holgura (449 puntos), Colombia se ubicó segundo (292), tercero Venezuela (136), cuarto Argentina (119), quinto Ecuador (78) , sexto Chile (59), séptimo Perú (53), octavo Paraguay (30), noveno Panamá (28), décimo Uruguay (12), undécimo Bolivia (7), duodécimo Guyana (6) y último Surinam sin puntos.
* Nota de la redacción:
Contactado para ofrecer su versión, el presidente de la Fedachi, Álvaro González, aceptó recibir nuestras preguntas por correo electrónico. Al cierre de edición no se habían recibido las respuestas. Si aquello ocurre hoy, serán publicadas en la edición de este viernes 12 de julio.
