El concepto llegó para quedarse, pues la domótica se traduce simplemente como la interconectividad entre diversos servicios que buscan entregar confort a los dueños de estos espacios mediante el uso de dispositivos como celulares o computadores, controlando todos los elementos del hogar para obtener beneficios en ítems como gasto energético, bienestar, comunicación y seguridad del inmueble, además de quienes ahí viven.
“Las familias jóvenes son quienes generalmente prefieren este tipo de viviendas, ya que les encanta la tecnología y buscan seguridad en su hogar. Las propiedades que cuentan con servicios de domótica van mayoritariamente desde las 15.000 UF, por lo tanto, son consideradas de alta gama”, explica Victor Danús, gerente general de Prourbe.
Así, a través del uso de las nuevas tecnologías, ya no sólo se puede planificar el horario de encendido y apagado de luces, sino también controlar la seguridad permitiendo, entre otras cosas, programar espacios completos como los “multiroom”, lugares que poseen en su interior múltiples servicios interconectados como calefacción, persianas, iluminación y sensores de encendido de televisión, entre otros.
Brasil y Chile son los países latinoamericanos que lideran este nuevo estilo de hogares. Pero por sus altos costos, tanto de adquisición como de mantención, se ha retrasado la estandarización en el resto de la región.
“Las Condes, Vitacura y La Dehesa, en la Región Metropolitana, son las comunas donde más se concentran este estilo de viviendas, mientras que en regiones esta tendencia se puede encontrar en Concepción, Viña del Mar, La Serena, Antofagasta y Puerto Varas, aunque en menor escala”.