No es un secreto o descubrimiento afirmar que la tecnología está presente en la medicina y la salud. De hecho, ambas caminan agarradas de la mano hacia el futuro. Sin embargo, sí genera cierto asombro que se integre a insumos comunes, que se pueden encontrar en cualquier bodega de un barrio. Y es precisamente lo que lograron estos ingenieros de la Universidad de Rhode Island (URI) en los Estados Unidos. Los científicos crearon parches curitas y vendajes inteligentes capaces de diagnosticar cuando una herida presenta una infección.
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Los parches curitas, para cortes superficiales y los vendajes, para cubrir heridas más grandes, se colocan con la misma finalidad: evitar infecciones. No obstante, incluso con las capas protectoras, existe la posibilidad de que una infección se forme de manera independiente. Entonces, estos objetos de salud tecnológicos están allí para alertar a los pacientes y que estos lo comuniquen lo más pronto posible a su médico.
Según lo expresa Slash Gear la idea a futuro es que los vendajes detecten la infección en el mismo momento en que comiencen a formarse. De esta manera, los galenos contarán con un importante espacio de tiempo para prevenir males mayores. Estos insumos a los que nos referimos están hechos de fibras, un poco de plástico en algunos casos y tela adhesiva. Entonces, a todos nos genera curiosidad, como pueden estos materiales contribuir con un diagnóstico de infección.
El diagnóstico de los parches
Explical el portal citado, que los científicos de la URI integran nanosensores a las fibras de los vendajes. Estos diminutos dispositivos están hechos de algo llamado nanotubos de carbono de pared simple, los cuales son capaces de detectar una sustancia conocida como peróxido de hidrógeno, presente en el cuerpo cuando hay bacterias dañinas.
De esta manera, cuando el vendaje o los parches curitas están sobre la superficie de una herida y captan el peróxido de hidrógeno, el material emite una fluorescencia que influye en los nanosensores. Entonces, según los expertos ingenieros de la URI, esto envía una señal inalámbrica a un dispositivos móvil que estará en poder del paciente o el médico tratante de las curaciones.
“Los nanotubos de carbono de pared simple dentro del vendaje podrán identificar una infección en la herida al detectar concentraciones de peróxido de hidrógeno”, dijo Daniel Roxbury, profesor asistente de la URI.
Es un proyecto de salud ambicioso que todavía no se ha concretado al 100%. Pero si tienen un gran avance suficiente como para presentarlo ante el mundo de la ciencia y sobre todo, el de la medicina.
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Hay algunos desafíos que deben superar y los exponen en el portal de la Universidad de Rhode Island. Explican que es un gran reto usar nanoturbos y mantenerlos inmóviles de una manera biocompatible y así se mantengan sensibles a su entorno.
“Las microfibras que encapsulan los nanotubos de carbono cumplen ambas tareas. Los nanotubos no se filtran del material, pero siguen siendo sensibles al peróxido de hidrógeno dentro de las heridas”, sostiene Roxbury, según el sitio de la casa de estudios.
El futuro de estos dispositivos
En los resultados preliminares que los científicos hallaron, el diagnóstico fue efectivo, pero tardío para casos de heridas graves. Entonces, deben seguir realizando pruebas para encontrar las bacterias dañinas más temprano en su aparición.
“La esperanza es que el dispositivo diagnostique una infección en una etapa temprana, requiriendo menos antibióticos y previniendo medidas drásticas, como la amputación de una extremidad. Prevemos que esto sea particularmente útil en las personas con diabetes, donde el tratamiento de las heridas crónicas es una rutina”, finalizaron.