Estilo de Vida

Los libros que nos hicieron lectores

Para conmemorar el día del libro, invitamos a editores, libreros y autores a contarnos sobre esa obra que marcó el inicio de la lectura.

Día del libro Libros
Gentileza Catalina Pulgar

Esta semana llegamos con un especial a nuestras recomendaciones de los miércoles. El 23 de abril se conmemora el día internacional del libro y por esto, la librera y mediadora de lectura, Catalina Pulgar, nos lleva a recordar nuestros inicios. Esos libros que nos marcaron la vida y que nos abrieron el camino en el mundo de la literatura.

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Los libros que iniciaron todo

Desde niña tuve una estrecha relación con la lectura. En mi casa no habían tantos libros, los recursos no sobraban y destinar dinero para comprarlos no era una posibilidad. Sin embargo había una biblioteca en el living, un mueble que en ese entonces me parecía enorme. Estaba en el centro de mi hogar como símbolo de mejores épocas. En ese lugar me pasaba tardes enteras leyendo la misma colección de enciclopedias, una y otra vez. Así fue como a los 8 años estaba obsesionada con el tucán, el koala y los canguros, tanto que si cierro los ojos recuerdo incluso las fotos y la forma en que estaba organizado el texto. Pero cuando pienso en el primer momento en que sentí una conexión real con la lectura, más allá de la curiosidad que me marcó siempre, hay un episodio que atesoro en lo más profundo de mi infancia.

Debo tener 6 años, estoy acostada mirando una repisa que está sobre mi cama, en ella tengo un grupo de barbies puestas como espectadoras de mi mayor riqueza: un estuche de libros ilustrados. Solo puedo recordar un título de esa colección de cuentos: El traje nuevo del emperador de Hans Christian Andersen.

No sé cómo llegó a mis manos, tampoco me acuerdo del momento en que me lo regalaron, pero sí puedo revivir perfectamente la sensación de estar maravillada cada vez que lo leía. Ese libro morado, acolchado y lleno de colores estaba en todas mis actividades: salir al patio a jugar con tierra, con el libro bajo el brazo. La lucha diaria en el almuerzo entre mi madre y mis mañas se interrumpía de vez en cuando por un par de páginas que leía rapidito para olvidar que no me gustaba nada lo que había en el plato. Salir a comprar con mi abuela también incluía llevar el cuento en la mano.

Gentileza Catalina Pulgar

A grandes rasgos la historia se trata sobre un vanidoso rey que termina desnudo en el centro de la ciudad, estafado y haciendo el ridículo frente a su pueblo. A lo largo del texto vemos cómo es engañado por dos sastres muy astutos que ven en la altanería de la autoridad una oportunidad para enriquecerse. Estos sastres le ofrecen al rey la posibilidad de fabricar la tela más suave y delicada que su mente pudiese imaginar. A punta de costosos materiales lograrían crear una prenda invisible a los ojos de cualquier persona que no fuese inteligente o apta para su cargo. Por supuesto tal prenda era imposible de lograr, pero tanto el rey como sus servidores jamás quisieron reconocer que no veían avance en la tarea de los sastre. Todo el pueblo confabula sin saber en la fechoría porque nadie se atreve a cuestionar una verdad por miedo a ser descubiertos en su ignorancia, excepto por un niño que en medio del desfile grita que el emperador va desnudo. Esa ultima parte me saca genuinas carcajadas hasta el día de hoy.

Gentileza Catalina Pulgar

Yo no tengo un libro favorito, no me gusta elegir porque todos son importantes en mi formación como persona y como lectora, pero si pienso en el momento en que se abrió el mundo de la literatura para mi, siempre veo ese cuento. Ahora de adulta me hace incluso más sentido. Creo que sin saberlo estaba armando mis propios discursos y cuestionando el mundo desde la primera infancia. Todo gracias a ese cuento que me hizo pensar que los libros podían acompañarme en cada paso que diera.

En la previa del día del libro quise ahondar en ese recuerdo emotivo. Le pregunté a varias personas que trabajan en el área cuál fue el libro qué les hizo lectores, que abrió las posibilidades a nuevas lecturas o bien, si podían recordar un texto que haya marcado un antes y un después en su forma de leer. Ahora que el libro está catalogado como bien esencial en Chile me parece que el resultado de mi pregunta funciona perfecto como un romántico homenaje no sólo al libro, sino también a la lectura y a quienes leen.

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Cristóbal Carrasco
Editor en Roneo

Corazón, Edmundo de Amicis

Recuerdo que Corazón hablaba de todo lo que me intrigaba de mi infancia: estudiar, hacer amigos y sufrir. Creo que su virtud es que se aventuraba a indagar las complejidades de ser niño. Parecía estar escrito por un niño-adulto, y ese personaje siempre me ha parecido interesante.


Macarena Fernández
Librera Qué Leo Trapenses

Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

A mis quince años, Cien años de soledad revivió en mi el gusto por la lectura que sentía cuando mi mamá me leía todas las noches. Cuando me encontré inmersa en el mundo de la familia Buendía en el pueblo de Macondo, nunca más puede parar de leer. Hoy al cerrar los ojos recuerdo vivamente, la calidez del pueblo, su vegetación, sus calles y las infinitas historias de sus habitantes cargadas de magia y fantasía.


José Torres
Librero Qué Leo Trapenses

El niño que enloqueció de amor, Eduardo Barrios

No sé cómo llegó a mis manos cuando niño, pero logró impactarme por la trama y la calidad narrativa al abordar el dramatismo y el enamoramiento temprano de su personaje, avivando quizás esa llama naciente por los libros. Sin duda, una de las novelas breves más bellas que marcó mi infancia.


Rocío Abarzúa
Jefa de comunicación en Big Sur

Artemis Fowl, Eoin Colfer

Uno de los libros que me formó como lectora fue Artemis Fowl, un libro de fantasía. Se trata de un niño genio que descubre que debajo de la tierra existe un mundo paralelo en donde viven seres mágicos: hadas, por ejemplo. Yo tenía 10 o 11 años cuando lo leí. El libro está situado en Irlanda: imposible no imaginarse que, de alguna manera, esta historia podía ser real. Hasta hoy leo a su autor, me encanta todo lo que escribe. Ya no leo tanta fantasía pero siempre quiero volver.


Jocelyn Zavala Alegría
Profesora, miembra de Editorial La Secta, autora de Margen de Error.

Tú me quieres blanca, Alfonsina Storni

Fue una antología de poemas la que marcó en mí una nueva forma de leer. Acostumbrada a voces y narrativas en que ocupábamos un rol secundario, de repente me encontré con Alfonsina Storni en Tú me quieres blanca. Me impresionó, no solo por la existencia de una hablante que expresaba su insatisfacción frente a las exigencias de ser mujer en su época, sino también porque interpela, increpa y cuestiona.


Paulina Bermúdez V.
Escritora, tallerista, integrante y vocera de auch.

Vaca sagrada, Diamela Eltit

15 años, sumergida en la biblioteca de mi colegio, me encontré con este libro. No supe abordarlo sin mediación, ni experiencia. 16 años, con más lecturas en el cuerpo, lo retomé. También tuve la posibilidad de leer bastante crítica que aparecía en la desaparecida Revista Rocinante. No pude dejar de leer a Diamela nunca más.


Catalina Ríos
Editora, librera, autora de Caudal, Provinciano editores

La bella y la bestia

Cuando tenía 5 años mi profe de primero básico me regaló un libro de cuentos con sonidos, porque ya sabía leer bien. Era la Bella y la Bestia. Más que su contenido, fue el libro como objeto el que entró a mi vida y cambió para siempre mi relación con ellos.

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