Tal era el enojo y el descontrol de Priscilla Zapata que una de las hijas pensó que su madre las iba a matar.
La ira de la joven se había desatado luego de volver a casa y encontrar que sus cuatro hijos, de entre 3 y 9 años, le habían comido un pote de helado, señala KTVB.
Cegada por la rabia, la mujer los golpeó con un cinturón, dejándole a todos varios moretones que evidenciaban la violencia de su accionar. Tras ello, Zapata agarró a sus dos hijas mayores y las rapó como castigo.
Una de las pequeñas le dijo a la policía que su madre la había golpeado por “todas partes”, que la mordió, le había metido la cara en el pote de helado vacío y la empujó contra la pared antes de abrir la puerta y tirarla fuera de la casa.
Por su parte, la otra niña reveló que pensó que su mamá la iba a matar. “Pensé que me iba a morir”, señaló la menor que además contó que la había agarrado por el cuello, la levantó poniéndola contra la pared y que le costaba respirar.
Los hechos ocurrieron en julio de 2017 y hace un par de días la mujer fue condenada a 30 días tras las rejas y cuatro años de libertad condicional por delitos graves con lesiones a niños.
Un juez del condado de Canyon en Idaho señaló en el fallo que Priscilla “le había causado mucho daño a sus hijos” y que costará mucho tiempo “reconstruir la confianza”.
«Es bastante obvio que la señora Zapata tiene algunos problemas graves de ira que debe abordar, y ha estado trabajando en ello a través de consejería y clases para padres”, apuntó el magistrado, que dijo que esperaba que la mujer pudiera hacer los “cambios apropiados en su vida para convertirse en una mejor madre”.