Era un sábado como cualquier otro en un barrio de St. Louis en EEUU. Los adultos conversaban en el primer piso, mientras los niños jugaban videojuegos en el segundo.
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Sin embargo un estruendo rompió la tranquilidad de la tarde. De inmediato, Michelle Lawson subió corriendo las escaleras y se encontró con una escena terrible: su hijo de 7 años estaba sangrando y tirado en una silla.
«Todavía estaba vivo cuando ella entró a la habitación”, dijo Erica, la hermana de Michelle que también señaló que poco pudieron hacer.
La policía comenzó la investigación del caso y se cree que el pequeño de 5 años buscaba dulces en la habitación de su mamá, ya que esta los esconde para que no se los coman todos de inmediato, indica el St. Louis Post-Dispatch.
Ahí encontró en la cómoda y envuelta en una funda la pistola del padre, Jericho Perry, el que tenía permiso para portar armas.
Volvió a la pieza en la que jugaba con sus otros hermanos y disparó el arma. La bala le dio en la cabeza a Jermon y lo mató.
El niño de 5 años y su otro hermano vieron como la ambulancia se llevaba a Jermon y aún no saben que falleció y le preguntan a sus padres cuándo volverá del hospital.
Además del drama por la muerte de su pequeño hijo, Michelle está luchando contra la reaparición de un cáncer. En 2014 se sometió a un doble mastectomía y ahora nuevamente está dando pelea contra la enfermedad, e incluso había dejado el hospital sólo unos días antes de la tragedia.