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Como si fuera parte de una pesadilla, un hombre de Florida recibió una noticia que lo dejó atónito: en el interior de su ojo tenía alojado un parásito come cerebros.
Luego de notar que algo se movía en su ojo izquierdo, Sam Cordero decidió ir a un médico.
En la búsqueda por descifrar qué estaba pasando con su globo ocular, le explicó al doctor que hace más de un mes veía un punto negro que se trasladaba y nublaba su visual, razón por la que se le realizaron un par de exámenes. Los resultados, sin embargo, fueron mucho más horribles de lo que pudo imaginar.
El hombre tenía alojado un parásito en su ojo, un intruso que pretendía comer su cerebro, según informó El Nuevo Herald. Afortunadamente, Sam llegó a tiempo al hospital.
Según le explicaron los doctores, el organismo viajó por su torrente sanguíneo luego de haber sido ingerido. El parásito, más conocido como “Tenia de Cerdo” se instaló entre el lente del ojo y la córnea, según explicaron los especialistas.
La culpa la tendría un trozo de carne de cerdo que comió en navidad, la que habría estado mal cocida. Si bien a Cordero no le importó comer un plato semicrudo, ahora es posible que esté arrepentido.
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En enero, según explicó Cordero, comenzó a ver una serie de puntos negros que le restringían el campo visual, pero no le tomó importancia inmediatamente.
Según le explicó su médico tratante, si el gusano se hubiera muerto al interior de su ojo, el inusual paciente habría quedado ciego. Y de haber sobrevivido por más tiempo, los huevos del gusano (unos 50 mil) se habrían trasladado al cerebro causándole la muerte.
Finalmente, Cordero debió ser sometido quirúrgicamente para quitar el gusano del ojo y evitar el fatal desenlace, cirugía que resultó exitosa.
Desde que los investigadores descubrieron este parásito, han habido unos 20 casos reportados en todo el mundo. A pesar de ello, aseguran que al cocer bien este tipo de carne, el parásito muere antes de siquiera entrar al cuerpo.