El luchador de sumo mongol Harumafuji, considerado uno de los mejores combatientes de este deporte de aura sagrada, está siendo investigado por agredir con una botella a otro luchador y fracturarle el cráneo, un suceso que ha escandalizado a Japón.
Harumafuji, quien ostenta el rango de «yokozuna» (gran campeón) que sólo alcanzan los mejores combatientes, se ha retirado de la competición mientras se esclarece el incidente, según anunció hoy la Asociación Japonesa de Sumo.
El combatiente, nacido hace 33 años en Ulán Bator, habría agredido al también luchador mongol Takanoiwa con una botella de cerveza en un establecimiento de Tottori (este) tras mantener una discusión con él el mes pasado, según recogen los medios nacionales.
El golpe causó una contusión y una fractura craneal a Takanoiwa, quien tuvo que ser hospitalizado durante cuatro días.
Harumafuji ha pedido disculpas por «causar problemas» a sus compañeros y a la Asociación Japonesa de Sumo, aunque no admitió ni desmintió haber agredido a Takanoiwa, en declaraciones recogidas por la agencia nipona Kyodo.
El luchador mongol debutó en 2001 y desde entonces ha ganado nueve campeonatos, y en 2012 fue reconocido como «yokozuna», convirtiéndose en el quinto combatiente no japonés en lograr este estatus.
Este incidente rememora otros escándalos de corrupción, violencia o drogas que han sacudido al mundo del sumo durante los últimos años, y que mancharon la reputación de un deporte considerado como símbolo milenario de la cultura nipona.
En el sumo se entremezclan competición con ritos tradicionales y religiosos sintoístas, de los cuales los luchadores son vistos como guardianes, por lo que se les exige una férrea disciplina y un código de conducta ejemplar tanto dentro como fuera del «dohyo» (ring).
En 2010, el también «yokozuna» mongol Asashoryu se vio obligado a retirarse tras propinar una paliza a un hombre en un bar de copas, mientras que en 2011 el Gran Torneo de Sumo de primavera fue cancelado tras salir a la luz varios casos de amaño de combates entre luchadores.
En 2007 el deporte estuvo inmerso en una gran polémica por las duras técnicas que esconden los centros de entrenamiento, después de que un joven pupilo perdiera la vida a manos de su entrenador y de otros tres aspirantes a luchadores.