Angelikque Sutton se preparaba para tener el mejor día de su vida. Esa jornada se iba a casar en Nueva York con su novio de años, el cual iba a ser padre de su bebé, ya que la mujer tenía nueve meses de embarazo.
Pero antes de contraer nupcias se detuvo en la casa de su mejor amiga Ashleigh Wade, quien supuestamente le tenía un regalo de bodas especial. Nunca pensó que en realidad ella tenía un macabro plan ideado.
Apenas Sutton llegó al lugar fue atacada por la otra mujer, quien le cortó la garganta. Tras esto, la acuchilló en el estómago para intentar sacarle el bebé, algo que finalmente logró.
«La acusada le cortó la laringe para que Sutton no pudiera decir ni una palabra. Cortó sus principales vasos sanguíneos. Lo que hizo después es casi indescriptible», señalaron los abogados durante el juicio.
El caso ha generado bastantes comentarios, por la crudeza y la sangre fría con la que actuó Wade y ahora dio que hablar porque los abogados decidieron mostrar como evidencia, lo que la policía encontró a su llegada al lugar del crimen.
Las fotografías fueron tan gráficas que una de las jurados se desmayó y otros manifestaron lo impactante que les resultaron las imágenes, por lo que el juez estuvo forzado a suspender el juicio.
Según el testimonio que acompañó las fotos, Ashleigh Wade cortó el abdomen de su amiga, retiró su útero y extrajo al niño, que milagrosamente sobrevivió.
A la corte se le mostró una autopsia gráfica del útero y el cordón umbilical de la víctima en una gran televisión a pocos metros de la caja del jurado mientras el patólogo forense Declan McGuone daba pruebas, informó el New York Daily News.
El primer oficial de policía que llegó al lugar del asesinato, Jonathan Polanco Ortiz, dijo durante el juicio que lo que vio cuando llegó al lugar de los hechos «dejó una huella en su alma».
Los miembros del jurado también revisaron fotografías del piso de baño ensangrentado del apartamento de la señora Wade, donde se encontraron los mutilados restos de Sutton.