Es la fiesta de la cerveza más grande en el mundo, por eso año a año el Oktoberfest en Alemania se llena de visitantes que quieren disfrutar de esta amarillo y brillante bebida.
Eso fue lo que hizo un hombre de Texas, EEUU, que llegó a la celebración con su hijo de un año. Pero la visita de esta pareja terminó mal, luego que el sujeto -del cual no se dio a conocer la identidad- terminara ebrio, sin poder pararse y vomitando en una de las puertas del recinto.
La policía alemana debió intervenir luego de los reportes de que el sujeto de 28 años estaba en esas condiciones y mantenía a su hijo de un año en brazos.
El padre del menor, según los reportes de diarios locales citados por The Mirror, estaba tan ebrio que ni siquiera podía articular las palabras para responder a los policías.
Por lo mismo, los funcionarios policiales retiraron al niño del lugar y lo llevaron hasta el edificio institucional de Munich, para que la oficina municipal decidiera que hacer con el pequeño.
Por su parte, el padre fue trasladado al hospital, para que se le pasara la curadera.
Cabe mencionar que los organizadores del Oktoberfest esperaban 6 millones de visitantes este año, después de una caída en 2016 debido al mal tiempo y los temores de seguridad.