La población de más del 30 por ciento de las especies de animales vertebrados está disminuyendo tanto en tamaño como en alcance, lo que demuestra que la sexta extinción masiva “es más grave de lo que percibe”, reveló un análisis publicado hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Stanford y la Universidad Nacional Autónoma de México, advierte que este ritmo de desaparición de las poblaciones muestra que la sexta extinción masiva de la Tierra “es más grave de lo que se percibe cuando se mira exclusivamente la extinción de las especies”.
Pero el problema no es sólo para las personas y animales, sino que los alimentos también enfrentarían su extensión y para pesar de la humanidad los primeros que podrían llegar a su fin son el chocolate, las papas (fritas) y el café.
De acuerdo con el análisis que realiza M. Ann Tutwiler, director de la fundación de Biodiversidad Internacional, se espera que en 2055 el 22% de las especies de papas silvestres se extingan producto del cambio climático.
En el caso del chocolate, la situación es igual de crítica si se considera que en Ghana y Costa de Marfil, donde se cosecha el ingrediente bruto para el 70% de nuestro chocolate, los árboles de cacao no será capaz de sobrevivir a medida que las temperaturas aumentan en dos grados durante los próximos 40 años.
Caso que se replica también para el café, especialmente por que los rendimientos de este cultivo en Tanzania, por ejemplo, han caído un 50% desde 1960.
Pero según el experto, estos cultivos son la punta del iceberg. “En todo el mundo, 940 especies cultivadas están amenazadas. La agrobiodiversidad es un recurso precioso que estamos perdiendo, pero también puede ayudar a resolver o mitigar muchos desafíos que el mundo enfrenta”.
“Tiene un papel crítico pero pasado por alto en ayudarnos a mejorar la nutrición global, reducir nuestro impacto en el medio ambiente y adaptarnos al cambio climático”, agrega.
El especialista advierte que el trabajo de los gobiernos y entidades globales, además de resguardar el futuro de elefantes salvajes y rinocerontes “también deberíamos estar despertando la alarma por nuestra agrobiodiversidad desaparecida”.
“Después de todo, si hay una cosa que no podemos permitir que se extingan, es la especie la que proporciona la comida que sostiene a los 7 mil millones de personas en nuestro planeta”.