Parece increíble, pero no lo es. Atacama se convertirá en la primera región del país en contar con barrios ecosustentables conformados por modernos edificios de madera, los que se ubicarán en las localidades de Chañaral y El Salado, donde hace un año cientos de familias perdieron sus hogares arrasados por los aluviones.
El conjunto “Oasis de Chañaral” se diseñó teniendo a la vista las necesidades de las familias damnificadas y las condiciones ambientales de la zona, y se construirá con una avanzada tecnología de construcción en altura con madera. Contará –entre otras innovaciones– con terrazas, paneles fotovoltaicos para obtener energía eléctrica y paneles solares para agua caliente, reciclaje de aguas domésticas para regar plazas y huertas comunitarias, urbanización de alto estándar y áreas verdes.
A este barrio seguirá próximamente otro de similares características en Talcahuano, Región del Biobío. Este año se llamará a licitación para construir 14 edificios de cuatro pisos de altura desarrollados íntegramente en madera, posados sobre un primer piso de hormigón, para poder responder a la normativa de protección de tsunamis.
El plan del Ministerio de la Vivienda considera, además, construir otros barrios ecosustentables con edificaciones de altura en madera en O´Higgins, sector Navidad; San Rafel, en el Maule; en Aysén, Puerto Aysén, y también se trabaja con las autoridades regionales para definir localizaciones en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y Magallanes.
Abrir mercados
El convenio con el Ministerio de la Vivienda para el desarrollo del concepto barrios ecosustentables se inserta en una de las principales líneas de trabajo del Centro UC de Innovación en Madera (CIM), que es la transferencia de tecnologías, explica el presidente de Madera21 de la Corporación Chilena de la Madera (CORMA), Francisco Lozano, quien además es gerente de Innovación de empresas Arauco. Añade que “las empresas que participan están ayudando a crear y desarrollar un mercado inexistente para la madera, con el cual se van a beneficiar muchos. La madera es un excelente material para la industrialización de la construcción, un aislante sobresaliente, mejora el confort de las viviendas, y cuando la construcción está bien hecha, tenemos viviendas con un estándar superior y con un recurso natural renovable”.
Además, en Chile aún tenemos mucho por explorar y desarrollar en torno al uso de la madera a gran escala, y las ganas no faltan. Ejemplo de ello es lo ocurrido con la oficina 57STUDIO, de los arquitectos chilenos Maurizio Angelini y Benjamín Oportot, quienes forman parte del selecto grupo de 26 premiados por la X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), una de las instancias de reconocimiento a la arquitectura más importantes de la región y la Península Ibérica.
Ellos –únicos chilenos en recibir este reconocimiento– presentaron el proyecto “Establo”, 140 metros cuadrados erigidos en Coelemu, Región del Bío Bío, el que respondió a la solicitud de reemplazar un galpón rudimentario que era utilizado para guardar materiales y alimentar a los animales. Sin reformular la arquitectura ni los espacios, 57STUDIO realizó una obra similar a la anterior, pero más amplia y funcional, y cuya construcción tardó tres meses. El resultado fueron módulos de madera que dan vida a cuatro caballerizas, un comedero y dos bodegas, todo suspendido sobre una estructura de fierro galvanizado sobre un radier de hormigón cimentado de la forma tradicional. “Usamos sólo madera de Arauco, pino radiata, madera laminada Hilam y listones MSD Construcción. La madera de pino radiata es un material muy versátil, que se puede usar tanto en elementos estructurales como de terminación, consiguiendo unidad y en casos como ‘Establo’, una adecuada relación con el contexto”, explica Benjamín Oportot. En cuanto al techo eligieron las tejas porque “es un material inteligente desde el punto de vista de la aislación, ya que se produce ventilación entre teja y teja”.
Barrios ecosustentables
El director ejecutivo del CIM, Juan José Ugarte, explica que el conjunto “Oasis de Chañaral” tiene una característica especial que obtuvo el Premio Avonni a la Innovación en 2012. Se trata de un Diseño Envolvente o Envolvente Ventilada, donde a través de un sistema constructivo trabajado en madera se logra una temperatura de confort sin sistemas de calefacción a gas ni de aire acondicionado. Esta tecnología consiste en que para obtener energía la vivienda utiliza la energía solar, y para temperatura de confort un sistema de fachada envolvente en el exterior. Este muro permite la circulación de aire por dentro, lo que refresca en verano y en invierno actúa como una barrera térmica para que el calor del interior no se fugue. De esta manera, la vivienda es capaz de generar el 40% de la energía que va a consumir y tiene las condiciones para alcanzar la temperatura de confort en un 70%.
La madera modificada
Aunque en Chile todavía es incipiente, otro material que tiene un alto potencial en la construcción es la madera modificada, tecnología que permite otorgar mayor duración y estabilidad dimensional a la madera. La biblioteca de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile (UACh), por ejemplo, tiene toda su fachada en este material.
La Madera Modificada Térmicamente o MTT comenzó a utilizarse en aplicaciones exteriores e interiores en Europa a comienzos de los 90, y su inclusión en el mundo de la construcción en dicho continente ha ido en aumento, impulsada por la Asociación Internacional Thermowood, únicos autorizados al uso de este concepto y su comercialización. En Chile algunas universidades, como la Uach, han desarrollado investigaciones en torno a este producto, mientras que ya un par de empresas –como Maderera Valdivia– comenzaron a desarrollarlo, principalmente en base a pino radiata.
Su principal característica es que se utiliza solamente calor para transformar la madera en un material con mejores propiedades. Se consigue ingresando pino radiata, por ejemplo, a una cámara sellada de atmósfera controlada, donde se somete a ciclos de alta temperatura que oscilan entre los 180ºC a 230ºC, pudiendo llegar hasta los 245°C, tras lo cual viene un proceso de enfriamiento y acondicionamiento de humedad. Así se obtiene un producto de mejores características, se aumenta la durabilidad natural de la madera y su estabilidad dimensional, de calidad comparable a las mejores maderas nativas o tropicales.