“La masa madre me cambió la forma de enfrentar la vida”, asegura Marysol Heressman. Y más allá del pan que aprendió hacer, esta emprendedora de Ñuñoa gracias a este fermento supo adaptarse y sortear de buena forma los vaivenes del destino.
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Marysol es veterinaria de profesión. El estallido social, la pandemia y el ser madre de hijos chicos la hizo tomar la decisión de quedarse en casa y emprender.
“Como familia tenemos una casa muy grande. Esto da la posibilidad de tener un huerto orgánico. Comencé a emprender con la elaboración de productos gourmet. Luego pasé por pestos, salsas, licores de sabores y hasta tejidos”, cuenta a Esfuerzo Pyme y Publimetro.
– ¿Cuál era el objetivo de esta búsqueda?
-Producir desde mi casa y que eso me permitiera vivir y no tener que salir a buscar trabajo para estar con mis hijos.
Masa Madre
Fue en esta búsqueda que a fines del 2017 llegó a la masa madre.
“Busqué como hacerla. Me resultó. Mi rutina de mamá, por los apretados tiempos que tengo porque hasta Uber de mis hijos soy, me daba los plazos para que se cocinara. El pan de masa madre se cuaja muy lento. Elaborarlo me resulto conveniente e iba con mis tiempos y ganas de hacer algo”, detalla Marysol.
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Comenzó a hacer pan a los vecinos. Le iba bastante bien. “Fue así como a comienzos del 2018 con mi esposo decidimos hacer una panadería en la casa. La formalizamos. Sacamos la resolución sanitaria y estaba lista mi panadería de barrio. Me encontraba orgullosa”, recuerda.
Las ventas subían al grado que amplió sus productos a empanadas y masas dulces. Incluso durante el estallido se las arregló para abastecer a sus vecinos con pan de masa madre siempre fresco. Todo bien hasta la llegada de la pandemia.
– ¿Cómo te afecto el tema del Covid?
– Era una panadería de barrio, chica. Como estaban funcionando las cosas, tenía que trabajar a pedido, de lo contario podía quedarme con pan y eso es pérdida neta. Necesitaba los pedidos con anticipación y los vecinos qué le piden a una panadería: tener pan siempre. Tuve que cerrar. Los números no me daban.
Inventiva de masa madre
¿Qué hacer?, era la pregunta que rondaba día y noche la cabeza de Marysol. “Soy de las que le doy vueltas hasta que puedo conseguir algo que hacer”, asegura.
– ¿Qué hiciste?
-Vi en internet que estaba de moda el hacer pan de masa madre en olla. Fue ahí que me las ingenié para hacer unos kits para que la gente, que estaba haciendo pan y que era harta, tuviera los ingredientes y elementos. Fue un boom.
– ¿A qué grado?
-Vendí 100 ollas en muy pocos días. Agoté a mis proveedores. Tuve que ir a la fábrica a comprar ollas para tener. Luego comenzaron a escasear otros elementos como paños de algodón, y busqué entre amigos y artesanos gente que me los hiciera como también otros elementos de madera como cuenco de fermentación, uslero y pala».
-De panadera a profesora.
-Más un coach que profesora. Trato de entregar lógica para que la gente experimente y enfrente bien la masa madre. Porque ella es un ser vivo. Si tú no alimentas y cuidas a tu ser vivo, no vive, no va a funcionar. Debes saber tratar con ella y con el entorno en el que la estás ocupando.
Una forma de vida
“La masa madre no es un ingrediente que uno tiene en el clóset que lo saca y lo usa. Uno tiene que cultivarlo, alimentarlo y asegurarse de que esté súper fuerte, lleno de vida para poder usarlo como fermento. Si no, no va a resultar el pan. Y eso requiere paciencia, entender esos procesos requiere paciencia”, explica Heressman.
Con esta forma de enfrentar la elaboración del pan, que comparten muchos panaderos, comenzó a crearse una comunidad del pan. El centro de reunión @amaimasamadre
– ¿Cómo fuiste cimentando esta comunidad?
– El Instagram lo cree por el tema de la venta cuando tenía la panadería. Ahí comencé a compartir cosas como recetas, luego mi realidad y sentimientos. Así comenzó a cimentarse esta comunidad, involucrando a la gente, mostrándote cómo eres y especialmente a humanizar la marca.
– ¿Qué es para ti humanizar la marca?
-A que detrás de @amaimasamadre hay una persona que trabaja, que es igual que ellos con sus días buenos y malos, que se esfuerza. Humanizar significa compartir no sólo lo que tú y tu producto son, sino también mostrar a gente que me ha dicho que le ha cambiado la vida el hacer pan. Que han superado una depresión, por ejemplo. Humanizar una marca, es dar a conocer a otros emprendedores, formar lazos con ellos.
– ¿Para dónde quieres llevar a esta comunidad?
-A seguir ayudando a la gente. Ya comparto con ellos a través de un podcast, estoy pensado en una revista, por qué no una incubadora de emprendimientos. Soy una creadora de productos. Siempre estoy buscando hacer algo nuevo, distinto. Enseñar algo, en la búsqueda de la entrega, de poder ayudar.
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