Los mascarones de proa tenían por objetivo darle identidad a cada barco, haciéndolo único entre todos. Ahora estas piezas de madera han pasado de un adorno típico de las zonas costeras a instalarse en los hogares de citadinos. Incluso al grado de convertirse en elementos de decoración y colección por artesano.
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Para los decoradores expertos y aficionados, los mascarones de proa entregan un aire fresco, de antigüedad y a la vez rupturista al recibidor de cualquier hogar. Convirtiéndose así en un elemento de decoración muy solicitado y valorado.
Por eso no es extraño ver en Instagram y especialmente en Pinterest, cuentas de artesanos mostrando su colección. Una de ellas es Claudia Hermosilla Daudet.
Mascarones de proa con tradición
Claudia, ceramista y pintora, comenzó la confección de Mascarones de Proa como una forma de reinventarse.
Con el estallido social primero y luego la pandemia, su emprendimiento de souvenir de cerámicas pintadas a mano se detuvo casi completamente. Ya no distribuida a importantes puntos de comercio turístico del país como el aeropuerto, Isla de Pascua, Puerto Varas, entre otros.
“Las ventas y pedidos llegaron a cero”, comenta a Esfuerzo Pyme y Publimetro. Fue tal la crisis “que tuve que cerrar. La situación era insostenible y de algo tenía que vivir. No sabía qué hacer y me tuve que reinventar”, recuerda.
– ¿Y qué hiciste?
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-Mi cuñado, Guillermo Cisterna, reconocido artesano que fabricaba mascarones de proa tallados en madera no pudo continuar por un problema de salud. Fue ahí que mi hermana me ofreció que yo siguiera con el oficio.
– ¿Cómo fue tomar esta tradición?
–Esto lo aprendí de cero. Sólo sabía pintar y, poco a poco, comencé a adquirir mayor experiencia con este oficio. Me costó bastante, pero ahora ya manejo los tiempos y todo el proceso.
13 y 11
“Esto me ha ayudado a reinventarme y conocer este lindo oficio. Hago 10 diarios y me demoro una semana en todo el proceso. Es una colección de 13 mascarones: 11 mujeres, varias de ellas son inspiradas en los mascarones de Pablo Neruda, y los otros son musas que inspiraron a mi cuñado y piratas”, relata Claudia.
Las 11 piezas de mujeres son: Guillermina, María Celeste, Candela, La Novia, Delfina, La Carola, La Medusa, La Marinera de la Rosa, La Micaela, Jenny Lind y La Sirena. Los hombres, el corsario Hulk y el Pirata Morgan.
– ¿Qué es lo que más te están pidiendo?
-A veces me piden la colección completa, donde hago un precio especial. En otras oportunidades, me piden por piezas especiales. La figura más demandada es la Jenny Lind, que Neruda la tiene en su casa en Isla Negra. Ella fue una cantante que se hizo muy famosa por su voz en Estados Unidos.
– ¿Cómo te sientes con este emprendimiento?
–A los Mascarones de Proa le debo mi vida, porque de no saber nada, me ayudaron a reinventarme y me permite desarrollar también mi gran pasión, la pintura. Estas dos cosas, me llenan de felicidad.