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Ilusión de Felicidad: Coté López ahora incursiona en la música pop con una canción

Ilusión de Felicidad se llama la canción que compuso y canta la esposa del Mago Jiménez. Se suma a sus novelas eróticas ya publicadas.

Ilusión de Felicidad. Así se llama la canción que María José López, la esposa de Luis Jiménez, el atacante de Palestino, escribió y subió a sus redes sociales. La canción se suma a las novelas que ya ha publicado y vendido con éxito, al menos a través de las mismas redes sociales. La primera novela fue erótica y se llamó “Tú no eras para mí”.

Ahora, sobre “Ilusión de Felicidad”, que también tiene una versión en francés, en su Instagram Coté López dijo que tenía un regalito (…) esta canción que escribí para ustedes. Recuerden que no soy cantante ni quiero serlo. Pero escribí la letra y dije ¿por qué no cantarla?”, dijo.

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Luego, sobre “Ilusión…” reveló que “para ser honesta, la escribí en francés, pero Luis dijo ‘amor, ¡nadie la va a entender!’. Así que traté de acomodarla al español. La canción es un consejo de vida. Es como yo percibo la felicidad hoy en día. Es una canción que a mí me provoca felicidad y espero también traspasársela”.

A eso añadió que “espero que les guste muuuucho. Y también a los niños, ya que es una canción súper ‘sana’. La canción es muy Yo. Dejamos todas las partes donde me cagué de la risa, donde bromeaba. Incluso hay una parte donde se me olvidó la letra e improvisé: ‘ya me perdí ¿qué decía?’. Ahí la escucharán. Al final lo dejamos así no más”.

La canción Ilusión de Felicidad tiene dos estrofas y un coro. Aquí su letra:

“A ti que quieres mi vida, te equivocas / no es eso lo que tú quieres / es la sonrisa en mi boca / y si me viste en las fotos con / el burj al arab atrás, el coliseo a un lado / y el Partenón y más / No reía por estar ahí / fue un chiste tal vez de Luis / ya me perdí ¿Qué decía? / Salud por ti /”. Esa es la primera estrofa.

Luego viene el coro. Este dice: “No era no la cama del ST Regis en Maldivas / sino la canción de moda que / cantaba cuando estaba arriba / No, era no el paseo por Milano ni por París / sino las castañas que comía / en cada esquina cuando estaba ahí /”.

Y la segunda y última estrofa dice: “No son ni los lugares ni el cash / que hacen mi felicidad / es lo perfecto de lo imperfecto / y si me abraza fuerte un ser querido / lo simple, más bello vivido / y todo eso que he recorrido / ¡pero no te confundas! / yo prefiero comida de casa / a una papa, a la trufa y mostaza / o a mi cómprame de esos / churros ahí en la plaza / ¡Mierda! ¡Me manché!”.

Tiene una voz en off al final que sostiene: “Dios santo. Yo me demoré tanto en entenderlo /ojalá ustedes no cometan ese error”.

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