En «De tú a tú» de Canal 13, la nueva invitada fue la querida comediante Paty Cofré, quien relató sus primeros pasos en el espectáculo y los episodios de maltrato que vivió.
Martín Cárcamo le muestra una foto de cuando tenía unos 25 años, cuando ya habían llegado las plumas y las lentejuelas a su vida. Dice entró al mundo del espectáculo gracias a un conocido locutor, Fernando Luco, quien un día le preguntó si no le gustaría trabajar en otra cosa, específicamente en un teatro de revista. Un día martes fue al salón donde vio a mujeres bailando y ensayando, quedó fascinada.
Tenía 16 años y cuenta que tuvo que ir a un notario para que su madre le diera permiso para poder trabajar en el rubro del baile. Martín le pregunta qué cosas vio en el mundo nocturno de los años 50, a lo que Paty responde que se veía harta droga, cocaína, pero admite que no consumió nada, ni siquiera cigarro.
“Yo siempre he reconocido de las monjas, a pesar de que no lo pasé bien, que me dejaron buena formación. Copete tomaba, tomaba gin con gin”, confiesa Paty.
Intento de violación
Martín le pregunta si alguna vez vivió desencuentros con hombres en esa época. “Un director me quiso violar, un director del Pigalle cuando recién empecé”, recuerda Patricia Cofré.
Cuenta que tenía entre 16 y 17 años cuando trabajaba en el Pigalle y que tras un sketch de un baile al estilo americano con bastón, el director la mandó a llamar a su despacho, “el director era intocable y me manda a llamar. El viejo me quería enterrar el diente pero le fue re mal. Me dice, ‘¿te gustaría hacer sketch a ti?’. ‘Sí’, le dije, ‘yo quiero llegar a ser actriz’. ‘Yo te podría enseñar clases particulares mijita’, me dice y me echa una agarrada en la nalga. Le saqué la mugre a palos, le saqué la cresta”.
Dice que tras pegarle al director no bailó en la función y que tras la revista la despidieron esa misma noche, “tomé mis cosas y no volví más”.
Violencia intrafamiliar
A los 33 años, ya siendo una vedette consagrada, Patricia Cofré fue madre de su único hijo. Antes de comenzar a hablar de su maternidad Paty advierte, “esto lo voy hablar porque eres tú. Pero este sello lo tengo yo… Es que fue una experiencia muy horrible. Llegó un momento en que me di cuenta que estaba embarazada y en esos momentos estaba todo lindo, yo feliz porque mi mamá siempre me decía que no me podía ir de este mundo sin dejar una semilla. Me embarqué con el bebé tuve que trabajar embarazada como seis meses”, comienza diciendo.
Paty cuenta que con su pareja se fueron a vivir a Calama y que ella empezó a trabajar allá, pero que tras vivir violencia intrafamiliar se arrancó con su hijo cuando este tenía tan solo tres meses. “Fui una mujer golpeada, incluso casi perdí a mi niño un día de los golpes”, confiesa.
Martín le pregunta desde cuando que su pareja fue violento con ella. Paty responde que aguantó las agresiones durante un tiempo largo, porque ella quería que el padre de su hijo lo reconociera, para que su bebé no quedara con un solo apellido, como le sucedió a ella. “Yo decía, mi hijo no puede tener, como yo, un solo apellido porque cuando entré al Canal 7, al ‘Festival de la Una’, me daba vergüenza decir que tenía un solo apellido. Recién entrando decía, ‘me van a rechazar porque tengo un solo apellido’, andaba con ese miedo. Dije yo: aguanto lo que sea pero a mi hijo me lo reconoce. Sí me lo reconoció, costó pero me lo reconoció”, dice Paty.
“¿Cuánto tiempo recibiste agresiones físicas y psicológicas?”, pregunta Martín. “Siempre. Por celos, por no sé qué, por ‘abc’ motivo (…) Tenía que llenarme de maquillaje a veces”.
Dice que tras escaparse con su hijo, nunca más supo de lo que pasó con el hombre que la golpeaba, “no tengo la menor idea, a lo mejor se lo llevó el bicho que anda ahora”.
Tras contar su secreto, Patricia Cofré aprovecha la oportunidad de darle un sentido mensaje a todas las mujeres: “ahora hay tanta facilidad para defenderse, para hablar. No le crean cuando dice ‘mira mi amor, fue un momento de rabia, perdóname, nunca más va a pasar’. Mentira, uno aguanta el primer charchazo y olvídate que vas a ser golpeada hasta que te separes de esa persona. O te separas o te mueres al lado de ella, de repente se le pasa la mano y te mata. No tienen que aguantar, tienen que denunciar aunque las amenacen. Mejor morir denunciando que morir en las manos de un desgraciado”.