La carrera de Alanis Morissette habría sido muy diferente si el disco ‘Jagged Little Pill’, que fue su carta de presentación a nivel internacional y le valió cinco premios Grammy, no hubiese visto nunca la luz. Eso estuvo a punto de suceder cuando en 1995 la cantante canadiense fue atracada a punta de pistola en Los Ángeles, donde se había instalado para continuar trabajando con el productor Glen Ballard en un álbum que acabaría vendiendo más de 30 millones de copias en todo el mundo.
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«Estaba componiendo las canciones y llevaba encima una mochila con todas las letras, la música y, aunque suene antiguo, también algunos cassettes», explicó durante la entrevista que concedió al programa ‘The One Show’. «Conduje a casa porque quería recoger unas deportivas, y al darme la vuelta me estaban apuntando con un arma de fuego y unos desconocidos me dijeron que les entregara todas mis cosas».
Pese a que perder todo ese material habría resultado catastrófico en ese momento crítico del proceso de grabación, cuando todo empezaba a tomar forma, la entonces joven artista supo mantener la calma y no trató de hacerse la valiente.
«En primer lugar, tenía claro que iba a darles todo lo que me pidieran», confesó. «Segundo, lleva encima mi mochila con el contenido que acabaría convirtiéndose en ‘Jagged Little Pill’. Les di mi cartera y mi bolso, y entonces me ordenaron que me tumbara en el suelo. Eso fue lo que hice, con la mochila todavía puesta. Pensé que me la quitarían antes de marcharse, pero no lo hicieron. Fue un caso fortuito y me alegro de estar viva para contarlo».
Ese despiste de los ladrones, o su falta de interés por ampliar su botín con el contenido de la mochila, cambió la historia de la industria discográfica inaugurando un nuevo estilo de rock alternativo en clave femenina y permitió que toda una generación disfrutara de himnos como ‘Ironic’ o ‘Hand in My Pocket’.