Este domingo parte el Festival de Viña del Mar 2020 y, con ello, se escribe una nueva historia para este certamen, el más importante de Chile.
Quienes han sido testigos privilegiados, tanto de lo que pasa en el escenario como en el backstage, son los animadores del Festival, quienes tienen más de una historia que contar y, en conversación con Publimetro, revelaron algunas de ellas.
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No todo es glamour
Carola de Moras será recordada como una de las animadoras que más glamour aportó al certamen viñamarino, con diseños de vestidos que no dejaron a nadie indiferente. Pero a la hora de ir al baño, el glamour se acababa. En el segundo camarín sobre el escenario se encuentran los baños químicos donde
los animadores acudían. “¿La gente se imaginará que estoy acá con mi vestido lindo haciendo en un baño químico?”, comenta la animadora lo que pensaba cuando tenía que recoger sus prendas para no arrastrarlas por el piso del WC.
El yoga de Sergio Lagos
Fueron días de vorágine para Sergio Lagos los tres años que animó el Festival de Viña del Mar. El periodista, para empezar, rompió el esquema decidiendo hospedarse en el Hotel Gala como el resto del equipo y no en el Sheraton cómo está dispuesto para los animadores. Así, terminada cada jornada festivalera, el animador dormía cerca de una hora y media y todos los días, religiosamente, a las 05:30 llegaba su instructor de yoga para la práctica de todos los días. Fue precisamente esta rutina la que le permitió mantenerse en equilibrio y con energía para enfrentar la agitada semana. “Lo disfrute tanto, fueron días de tanta alegría que siento que me enfrenté a una ola y la surfeé bien”, recuerda el animador, quien además revela otro recuerdo: el segundo año que animó Viña del Mar (2008) lo hizo sabiendo que sería papá por primera vez, junto a Nicole. “Lo animé secretamente embarazado”, cuenta.
Tonka y la “Gaviota”
El año 2008 era el segundo festival que animaba Tonka Tomicic y, en el ensayo general que se realizaba en la Quinta Vergara, divisó a una perrita abandonada. “Tenía como tres meses y jugaba solita en la Quinta”, recuerda la animadora. Tonka decidió adoptarla, pero como aún faltaba para el término del Festival, le pidió a un chofer del canal que la cuidara hasta que finalizara el certamen. Una vez terminada la jornada, se la llevó a su casa. La bautizó como “Gaviota”, en honor al contexto en que fue adoptada, y todavía vive con ella. “Es mi niñita”, dice la conductora de “Bienvenidos” sobre su mascota, que todavía la acompaña.
“Visitas” en el camarín
Fue durante el 2014 que en los camarines de los animadores se disponían bandejas de comida de diferentes tipos para que ellos, sus acompañantes y staff pudieran consumir durante las 6 noches de Festival. Además, se ponían botellas de espumantes y algunos tragos destilados, por si querían beber.
Extrañamente, era en los momentos en que los animadores se encontraban sobre el escenario, cuando entraban personeros vinculados a la organización y en varias oportunidades, bebieron de los tragos que se dejaban. Es por esto y, para evitar incidentes, que la producción decidió sacar el alcohol de la lista de cosas que se dejaban en los camarines de los conductores.
“¿Y si mejor me voy?”
En su debut en el Festival de Viña en que Carolina de Moras se vio con aplomo y desplante sobre el escenario, pocos se habrían imaginado que tuvo unos minutos de duda . Los minutos previos al primer paso sobre la Quinta Vergara, la animadora, producto de los nervios, pensó en que quizá no había tomado la decisión correcta y pasó por su cabeza la idea de no subir.
“¿Y si mejor me voy?” pensó, mientras tomaba la mano de su compañero Rafael Araneda, pero fue sólo eso, un momento de susto antes de asumir uno de los desafíos más importantes de su carrera, donde estuvo cinco años consecutivos animando.