Paul McCartney llevaba cerca de una hora y 45 minutos cuando hizo una breve pausa en show para decir que en el Estadio Nacional había «personas especiales» presenciando el show. «El presidente», dijo en español, generando una monumental pifiadera del público.
Para ese entonces, ya se viralizaba una foto de Sebastián Piñera y su familia junto al ex The Beatles. Y es que la invitación del mandatario a sus ministros al show de Macca, de los que finalmente solo asistieron algunos, era una de las anécdotas que prometía este show. Y no pasó de ser eso.
El músico británico no reaccionó a la manifestación del público y siguió con su presentación, la cuarta en Chile, de manera impecable.
Y es que Paul McCartney entregó un show lleno de energía, mucha cercanía y gran factura musical con una gran banda apoyándolo.
Pese a que esta gira llamada «Freshen Up» es parte de la promoción de su bien recibido último disco «Egypt Station», es imposible que Sir Paul no termine entregando un viaje en el tiempo por su carrera musical, que tiene a su etapa en The Beatles como gran estandarte.
Son justos los temas de la banda que lo llevó al reconocimiento mundial y a posicionarse como una de las figuras vivas más relevantes de la historia de la música las que mayor recepción tuvieron en el público. A casi dos horas de show, «Back in the U.S.S.R.» sacudió al Nacional, recinto que se iluminó para celebrar «Let it be». Con «Blackbird», Macca se elevó ante público solemne, que con «Hey Jude» se unión en voz al músico británico. También hubo espacio para su etapa en Wings donde «Live and Let Die» tuvo en la pirotecnia una caja de resonancia.
Hubieron respetos a sus compañero caídos (dedicándole «Here today» a John Lennon y agradeciendo a George Harrison por «Something»), saludos a su señora presente en el coliseo de Ñuñoa y una gran cercanía con las 51 mil personas que repletaron el estadio más importante de Chile.
Y es que en esta cuarta visita a nuestro país, Paul McCartney derrochó carisma, siempre buscó ser entendido con mensajes antes trabajados para ser entregados en español y terminó por dejar en claro que, pese a que su voz a veces se perdía con los bríos de su banda, es una leyenda viva y totalmente vigente.