Lo que para algunos es una exageración, para la actriz, directora y productora Natalie Portman fue un horror vivido en carne propia.
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A sus 13 años saltó a la fama por su memorable rol en la cinta de Luc Besson, «El perfecto asesino» (1994) y, según contó durante su discurso en la marcha por las mujeres del movimiento Time’s Up, no paró de sufrir el acoso y la depredación de hombres obsesionados con ella.
A través de su cuenta de Instagram, la revista Time publicó el video con la charla en donde la artista cuenta cómo diariamente recibía mensajes de sujetos que confesaban su anhelo por violarla, lo que ella calificó como un «terrorismo sexual».
Incluso, contó que había una cadena radial que contaba los días que faltaban para que fuera mayor de edad, situación que, como explicó era “eufemísticamente la fecha en la que sería legal acostarse conmigo”. Algo que hoy se ha visto en casos como los de las actrices Chloë Grace Moretz o Millie Bobby Brown.
“Rápidamente cambié mi actitud. Rechacé cualquier papel que tuviera una escena con besos y planteaba esa decisión deliberadamente en las entrevistas. Remarcaba que era una persona formal con estudios y empecé a vestir de forma muy cuidada”, señaló la ganadora del Oscar por «El cisne negro».
La imagen que Portman comenzó a proyectar debido a su miedo fue totalmente distinta a la que su personalidad natural deseaba. “Me gané una reputación por ser mojigata, seria, conservadora e ir de culta. Todo por poner mi cuerpo a salvo y asegurar que mi voz se tendría en cuenta”, dijo.
“El mensaje que recibí de nuestra a cultura a los 13 años fue contundente: sentí la necesidad de tapar mi cuerpo, inhibir mis emociones y mi trabajo para decirle al mundo que también merecía respeto y seguridad. La respuesta a esa forma de ser, desde pequeños comentarios sobre mi cuerpo a frases mucho más amenazadoras, sirvieron para controlar mi comportamiento en un ambiente de terrorismo sexual”, remató la intérprete.
