«Es algo muy bonito y estoy muy agradecido porque sé que es una demostración de amor y de compañerismo», dijo en una entrevista telefónica, en las horas previas a la ceremonia con que los Grammy Latino lo distinguieron como la Persona del Año, reconociendo así su exitosa carrera musical.
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Estrellas de la talla de Davis Bisbal, Alejandro Fernández, Luis Fonsi y la chilena Mon Laferte fueron parte del homenaje al español, reinterpretando sobre el escenario del hotel Mandalay Bay de Las Vegas los temas que han marcado la trayectoria de un artista que tildó a este galardón como “el Grammy más importante que te puedan dar los compañeros”.
El premio Persona del Año también une, de alguna manera, el éxito que ha cosechado Sanz a ambas orillas del Atlántico hasta convertirse en un emblema de la música hispana de las últimas décadas, un triunfo que, no obstante, le llevó dedicación y arrojo para no conformarse sólo con su público español.
«Date cuenta de que yo llevo veintitantos años viniendo a América y que tengo tantos amigos en España como aquí. Son una parte fundamental de mi vida», explicó, añadiendo que “una cosa que hice desde el principio, y que se lo digo siempre a muchos compañeros más jóvenes, es que cuando vayas a un país tienes que involucrarte, aprender de su humor, de su idiosincrasia, de cómo ven las cosas, qué les duele y qué les hace gracia. Todo eso es importantísimo porque así es como se disfruta el viaje. Lo otro es un ir y venir sin sentido”.
A pesar del estatus que tiene hoy en nuestro continente, el intérprete de “Corazón Partío” no olvida cuánto le costó ingresar a este mercado. “En España ya había vendido muchos discos y daba conciertos, pero llegué a Latinoamérica y no me conocía nadie. Tenía que empezar de cero. Era otra vez bajar a tocar en centros comerciales encima de una tarimita de un palmo de alto con niños corriendo por encima. No fue un camino fácil”, recordó.
«Pero, bueno, al final la recompensa es ésta: que tengo un montón de casas, un montón de familias y de gente que me quiere en lugares a los que puedo regresar y seguir comunicándome con mi música», remató.
Alejandro Sanz, que en Los 40 Music Awards celebrados la pasada semana en Madrid pidió a la sociedad que no se deje derrotar por el odio, quiso en esta ocasión ser optimista más allá de los «convulsos tiempos» que atravesamos. »También todos los días ocurren milagros. Todos los días hay gente que trabaja en fundaciones y en ONG que dedican su vida exclusivamente a hacer mejor la vida de los demás. Y una canción es un pequeño milagro también. Te da esos minutos de esparcimiento, de separarte de lo más material y de lo más primitivo para realmente conectar con tu ser más íntimo», consideró.
Por último, y tras un 2017 en el que celebró con un gran concierto los veinte años de su clásico álbum «Más”, Sanz dijo que todavía no ha perdido la esencia de aquel joven que tocaba la guitarra en Moratalaz. «De él me quedan un par de deudas sentimentales, un par de agujeros en el bolsillo y las mismas ganas por seguir adelante. Y, en fin, esto es lo que decidí hacer y por ahora me ha salido bien», afirmó.