Entretenimiento

Luli en la clínica: ¿podría pasarle a cualquiera?

A lo largo de la historia, los famosos siempre han tenido problemas con la fama, con fijar los límites entre lo público y lo privado, y en la era de las redes sociales la línea delimitante es cada vez más difusa.

A todos los niños que sueñan con ser famosos, siempre se les dice que tengan cuidado con lo que desean, porque la fama es un trago agridulce. A nivel internacional son muchos los ejemplos de estrellas que no han sabido lidiar con ella, fijar límites entre lo público y lo privado, como la fallecida conejita Playboy Anna Nicole Smith, quien, antes de la era de las redes sociales, se grababa dando declaraciones bajo los efectos de alcohol y drogas, cuando no era noticia. Britney Spears no tuvo suficiente con todo lo que la seguían los paparazzis que filmó su propio reality con su ex marido Kevin Federline (Britney & Kevin: Chaotic), matrimonio que terminó con la princesa del pop internada en centro de rehabilitación luego de una serie de eventos desafortunados, como la vez que se rapó a vista y paciencia de las cámaras y luego fue a romper un vidrio de un auto con un paraguas. Y la lista a lo largo del tiempo es larguísima: Michael Jackson, Whitney Houston, Lindsay Lohan, Gary Coleman, Mischa Barton y Shia LaBeuof son sólo algunas de las celebridades que no supieron llevar bien la fama y tuvieron problemas con alcohol y drogas, que, en algunos casos, acabaron con su vida.

A nivel nacional, también hay rostros que no supieron llevar la fama en su momento. Álvaro Ballero, Edmundo Varas, Valentina Roth, Natalia “Arenita” Rodriguez, Gonzalo Egas y Nicole “Luli” Moreno son algunos que tuvieron problemas con la fama en alguna medida. Cada uno -en su forma y a sus tiempos- han sabido dejar atrás los hechos que le dejaron un trago amargo de la fama, pero la que vuelve a hacer ruido esta vez -y por lo mismo- es Luli.

Publicidad

Nicole Moreno tiene un prontuario importante de desmayos, crisis de pánico, peleas en cámara y descompensaciones frente a los lentes de las cámaras, y, lamentablemente, ha llegado a un punto donde la gente se pregunta si es realmente un problema o un show.

¿Es la fama la culpable de todo esto? El psicólogo Sergio Schilling es enfático en descartar que la sobreexposición sea la gatillante en las actitudes erráticas de Luli. “Ella tiene rasgos de hipomanía, que es sentirse el centro de interés y ser impulsiva, entre otras características”, lo que explicaría porqué siempre está llamando la atención. Además, Schilling asegura que ella muestra todos los síntomas de padecer trastornos del ánimo, y que «la TV capitaliza su fase útil (cuando es histriónica y asertiva) y también su fase destructiva, cuando le viene el bajón», como esta semana, que compartió en Instagram transmisiones en vivo que alimentaron pautas de programas de televisión.

La psicóloga Claudia Orellana explica que la fama sí puede llegar a ser estresante, porque «te preocupas más del qué dirán y de mantener una autoimagen, que puede ser de belleza, inteligencia o ser correcto, y te preocupas porque es lo que quieres vender y tienes que mantenerlo, lo que puede agotar a la persona”.

Algunos usuarios de las redes sociales acusan que este actuar de Luli se debe a que le falta atención, pero la psicóloga asegura que «cada caso tiene su historia atrás y sería irresponsable hacer un diagnóstico basado sólo en lo que se ve en la TV, pero sí puede que algunos famosos hagan lo que hacen porque necesitan atención, pero hay otros que simplemente siempre gozaron con ser el florero de mesa y quieren seguir siéndolo” remata.

@patomoreno25 Que lindos recuerdos ♩🎶🎵🎷🎸🎹🎺🎙🎚🎤📻🎻🎺

Una publicación compartida por Luli Nicole Moreno (@nicolelulichile) el 10 de Sep de 2017 a la(s) 7:46 PDT

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último