Fue en 2005 cuando se dio a conocer el caso de las “Niñas Araña”, una banda de adolescentes que trepaba edificios para entrar a robar en los departamentos. El hecho llamó la atención de Guillemo Helo, quien tres años después vio una obra sobre la noticia que fue escrita por Luis Barrales y dirigida por Daniela Aguayo. Aquel montaje convenció al director de llevar la historia a la pantalla grande.
Pero Guillemo Helo se trazó la idea de que su proyecto no fuera un retrato documental sobre el caso. “Es una cinta inspirada, la película nos permite poner el tema en discusión. Muchas frases son las que ellas dijeron, pero contamos una historia que tiene una búsqueda frente a una pregunta”, dice el director y asegurando que su intención es poner de manifiesto un problema que va más allá de un simple hecho delictivo. “Finalmente termina siendo un fenómeno del tipo de sociedad que tenemos. Ellas estaban sometidas a un sistema social y me parece importante poner en discusión la forma de cómo estamos tratando la infancia vulnerable. No estamos poniendo atención a los puntos importantes”, afirma.
Tres meses demoró el director en encontrar a las protagonistas de la cinta, luego de desechar la idea de acudir a las jóvenes que protagonizaron los hechos en la vida real para documentarse. El motivo: le interesaba «cómo pensaban las niñas de 13. No ahora que deben tener más de 20», ya que «no íbamos a encontrar las respuestas frescas”. Fue así como inició una búsqueda que recorrió liceos y talleres de teatro y que pretendía dar con otro elemento clave: que las actrices tuvieran calle. «Si bien no son niñas marginales, me importaba que conocieran el entorno y que no inventaran. Necesitaba que tuvieran calle”, reconoce. Fue así como dio con Michelle Mella, Javiera Orellana y Dominique Silva. Pero la cinta también cuenta con actores de renombre como Francisca Gavilán, Patricio Contreras y Pablo Macaya. Todos se motivaron en participar por el guión y porque conocían la obra de teatro. Por ello, el director recurrió a Daniela “Chiqui” Aguayo y Ticoy Rodríguez para construir la historia.
El cineasta confiesa que «Niñas Araña» (+7) tiene drama, humor y acción. Este último genero se ve retratado en las secuencias donde las actrices trepan por las paredes, escenas que la producción rodó con las protagonistas atadas a cables y con croma (pantalla verde) de fondo para darle una mayor atmósfera y calidad a la producción. “La idea es sentarse y ser parte de la misma aventura, pero también uno va a conocer otras partes. Había que inventar un mundo, recrear la toma de Peñalolén y todo lo que ocurre alrededor de estos roles que representan la problemática general con la familia y los problemas del estado con la toma”, dice. Sobre la recepción de las jóvenes del caso, adelanta: “No sé si les va a gustar. Si hacen una película de ti, no creo que te guste. Pero son esbozos y no todo es biográfico. Lo importante es poner el tema en discusión», remata sobre su opera prima.